El pasado 17 de mayo, la villa de Villatobas vivió con fervor y devoción la conmemoración del 99º aniversario del milagro de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Un evento extraordinario que, tras casi un siglo, sigue conmoviendo y llenando de fe a sus habitantes.
Un milagro que nació de la fe
El año 1925 estuvo marcado por una sequía implacable. Los campos, antes rebosantes de vida, se habían convertido en páramos áridos, amenazando la cosecha y la supervivencia de la comunidad. La desesperación se apoderaba de los villatobachenses, quienes veían cómo sus esperanzas se marchitaban junto a la tierra.
En medio de esta angustia, la fe en Nuestro Padre Jesús Nazareno se convirtió en un faro de esperanza. El 17 de mayo de aquel año, la imagen del Nazareno salió en procesión por las calles de Villatobas, acompañada por una multitud devota que imploraba por la gracia divina.
Las calles se engalanaron con banderines y flores, las campanas repicaron y el aire se llenó de incienso. La imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, portada por sus fieles y feligreses al son de gaitas y cornetas, recorrió las calles, renovando la fe y la esperanza en los corazones de los villatobachenses.
Y entonces, ocurrió el milagro
De repente, la lluvia comenzó a caer con fuerza, empapando la tierra seca y llenando de alegría y esperanza los corazones de los villatobachenses. Lágrimas de emoción brotaban de sus ojos mientras presenciaban el milagro que les devolvía la vida a sus campos.
La lluvia del 17 de mayo de 1925 no solo alivió la sequía, sino que también fortaleció la fe de la comunidad. Un recordatorio permanente del poder de la oración, la esperanza y la devoción a Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Un año de fervor y devoción
Este año, Villatobas ha conmemorado el 99º aniversario del milagro con fervor y devoción. Las calles se engalanaron, las campanas repicaron y la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno volvió a recorrer las calles, renovando la fe y la esperanza en los corazones de sus habitantes.
La comunidad se ha unido en torno a su fe y ha celebrado este evento extraordinario con alegría y devoción. Se ha vivido una procesión emotiva y llena de fervor, en la que los villatobachenses han expresado su agradecimiento a Nuestro Padre Jesús Nazareno por el milagro que les salvó de la sequía.
Un homenaje a la fe y la esperanza
Como santero de la ermita de Nuestro Padre Jesús Nazareno, he sido testigo de la profunda devoción que el pueblo siente por su santo patrón. He visto cómo la fe los sostiene en los momentos difíciles y cómo la esperanza los impulsa a seguir adelante.
Este año, he tenido la oportunidad de escribir una poesía en honor a Nuestro Padre Jesús Nazareno. En ella, expreso mi admiración por este santo y mi gratitud por la bendición que ha otorgado a Villatobas.
Poesía a Nuestro Padre Jesús Nazareno
Poema al Milagro de la Lluvia en Villatobas (1925)
Villatobas, tierra manchega,
Bajo el sol ardiente, la tierra se anega.
El año mil novecientos veinticinco,
Un día de mayo, marcado por el destino.
Campos resecos, imploran por agua,
Las cosechas marchitas, la sequía se agrava.
El pueblo angustiado, al cielo mira,
Con fe y esperanza, al Nazareno implora.
En procesión solemne, la imagen recorre,
Las calles del pueblo, donde el clamor se descorre.
El Nazareno, con mirada compasiva,
Observa la pena, que a su pueblo agobia.
De pronto, el cielo se oscurece,
Nubes se agrupan, la esperanza crece.
Un trueno retumba, el viento sopla fuerte,
Y una lluvia bendecida, sobre la tierra se vierte.
Gotas de esperanza, como lágrimas del cielo,
Reviven los campos, rompiendo el velo.
El milagro se cumple, la fe se fortalece,
Villatobas se alegra, y su espíritu renace.
Al Nazareno agradecen, con fervor y devoción,
Por su bondad infinita, y su santa protección.
Su nombre enaltecen, con cánticos y alabanzas,
Celebrando el milagro, que alivió sus esperanzas.
Mil novecientos veinticinco, fecha grabada,
En la memoria del pueblo, por siempre venerada.
El día del milagro, cuando la lluvia salvó,
Y el Nazareno su poder, al mundo demostró.
Villatobas recuerda, con amor y alegría,
Este día especial, que cambió su historia.
El Nazareno de la lluvia, protector y guía,
Que su luz divina, siempre nos alumbre y bendiga.
Este poema es un homenaje,
Al milagro de la lluvia, y a su mensaje.
Que la fe y la devoción, en nuestros corazones crezcan,
Y que el Nazareno de Villatobas, siempre nos proteja
Que su imagen sagrada, recorra las calles del pueblo,
Llevando paz y consuelo, a cada corazón en duelo.
Que su mirada compasiva, nos inspire a ser mejores,
Y que su amor infinito, nos llene de favores.
Nazareno de Villatobas, te pedimos con fervor,
Que nos protejas siempre, con tu divino amor.
Que la sequía jamás vuelva, a esta tierra querida,
Y que la lluvia bendita, siempre nos bendiga.
Que este poema sea un recuerdo,
Del milagro que hoy celebramos,
Y que la fe en nuestros corazones,
Nunca se apague, ni se pierda.
Que Villatobas siempre te recuerde,
Con amor y devoción,
Y que tu nombre sea glorificado,
En cada generación.
Este poema original, con fervor les compartimos,
En honor al milagro, que en Villatobas vivimos.
Que su mensaje de fe, en nuestros corazones quede,
Y que el Nazareno siempre, nos proteja y nos guíe.
Que la lluvia bendecida, sea un símbolo de esperanza,
Que la fe y la devoción, crezcan en cada alma.
Y que el Nazareno de Villatobas, siempre nos bendiga,
Y nos proteja con su infinito amor.
En mil novecientos veinticinco,
Un milagro ocurrió,
La lluvia salvó a Villatobas,
Y el Nazareno su poder mostró.
Hoy recordamos con fervor,
Ese día tan especial,
Y le pedimos al Nazareno,
Que nos proteja siempre con su manto celestial.
También quiero compartir una foto del milagro que se encuentra encima del altar de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Esta foto es un símbolo de la fe y la esperanza del pueblo de Villatobas.
Villatobas honra a Nuestro Padre Jesús Nazareno
¡Villatobas honra a Nuestro Padre Jesús Nazareno! Un siglo de fe y esperanza que sigue inspirando a la comunidad. Este aniversario es un recordatorio del poder de la fe y la fuerza de la comunidad para superar los desafíos.
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