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EL CIUDADANO INDIGNADO

Ilustración de Rebeca Pedraza Domínguez
Ilustración de Rebeca Pedraza Domínguez

Telebasura es un neologismo aplicado a determinados modelos televisivos. Fue definido por la Real Academia Española como «conjunto de programas televisivos de contenidos zafios y vulgares». Su uso inicialmente coloquial y más tarde motivo de estudio sociológico, se aplica a una manera de concebir la televisión definida por la utilización de sensacionalismo, los acontecimientos impactantes, cierta excesiva incisión en los quehaceres privados y personales de personajes famosos, y absoluta carencia de contenido cultural. Las televisiones que se encargan de la difusión de este tipo de programas lo hacen con el objetivo de alcanzar elevadas audiencias, con la consiguiente captación de publicidad, y, así, obtener un claro aumento del beneficio económico.​ Todo ello afianzado por unos argumentos para justificar su  actuación, como por ejemplo: la libertad de expresión y el de satisfacer la demanda de la audiencia. El resultado es un modelo simple de medio de comunicación exclusivamente orientado a la promoción de lo van o y lo mundano. Su repercusión e impacto han despertado la preocupación de algunos sectores de la sociedad (incluso de especialistas en doxografía) y promovido diversas actividades y propuestas.

Ilustración de Rebeca Pedraza Domínguez

La telebasura es una fuente inagotable de beneficios debido a que existen demasiadas cosas en este mundo que producen el morbo suficiente y necesario para realizar un programa de bajo coste con alta audiencia y, consecuentemente, elevado beneficio.

Los informativos son pretenciosos, mediocres, caros y, al fin y a la postre, un mecanismo de manipulación política perenne, gobierno tras gobierno.

Un político fracasado, un tronista de la crónica social, el gracioso de otros programas, o una presentadora o cantante a la que se le pasó el tiempo de gloria. Son los que  delante de la caja tonta nos manipulan e intentan convencernos y desviar nuestra atención de la realidad, sentados a nuestra mesa camilla, con el brasero y sin poder salir de casa porque cada vez somos más pobres.

ATETANTAMENTE EL CIUDADANO INDIGNADO

* Ilustraciones cedidas por Rebeca Pedraza Domínguez, para El Consistorio

(Puedes ver su trabajo aquí) ⇐

 

 

José Manuel Galindo

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Tags: Opinión

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