Sorber y soplar al mismo tiempo

A todas las sociedades siempre les costó cambiar sus normas, sus costumbres, sus idiosincrasias y sus comportamientos.

En los cruces de caminos siempre circulan las tradiciones, las ideas, las doctrinas, teniendo como compañeros ocasionales la fe, el progreso, la ciencia, la tecnología, el comercio y la industria.

Y esta es la fórmula que hace que las sociedades tengan dos ritmos, dos cadencias, dos marchas totalmente diferenciadas y varios destinos.

Nuestra sociedad, la española en su conjunto, se encuentra en esa encrucijada donde de manera sorprendente, todos somos conservadores y progresistas al mismo tiempo, todo depende de nuestra situación personal, de nuestros intereses y circunstancias.

Estamos viviendo un hecho extraño donde la evolución y la regresión caminan de la mano al mismo ritmo, sin que se resquebrajen los principios que debieran imperar en una sociedad tradicionalista y conservadora y al mismo tiempo moderna y avanzada.

Esta «novísima» sociedad, más antigua que Matusalén, se encuentra ante el eterno dilema que supone estar a favor y en contra de todo al mismo tiempo.

En estos momentos podemos presenciar en ese gigantesco escaparate donde se pueden observar las complejas reacciones de un pueblo ancestral como es el nuestro, que desea una cosa y la contraria a la vez aparentando ser posmodernos.

Es esta una extraña sociedad que se muestra tan beligerante, que impone su más irracional violencia por algo aparentemente sin importancia, como consecuencia de nuestro indómito carácter, donde se imponen las vísceras por encima de la razón y lo racial por encima del pensamiento mesurado e inteligente.

Es el resultado de no tener definidos los limites por donde deben circular regímenes donde conviven democracia y dictadura, según los intereses de los mandatarios de turno.

Hablar de ideologías puede resultar un ejercicio peligroso, siendo que «el todos contra todos» viene siendo la tónica generalizada, porque todos ven en sus adversarios ideológicos a sus más encarnizados enemigos. Aqui no hay ideologías hay ansias de poder.

Es esta una sociedad propensa al insulto, a la descalificación y a la agresión como única arma persuasiva.

Una sociedad dividida, en donde una parte atenta contra la vida y otra protege a la muerte, algo que siendo lo mismo parece diferente.

Es una sociedad dócil, servil, manipulable y maleable entregada a unos dirigentes que se han erigido en conductores de una plebe sumisa y obediente, incapaz de decidir y dirigirse por sí sola.

Es una sociedad que se ha acostumbrado a moverse en tacataca, en andadores, o al menos con muletas.

Y para que nada nos falte vuelven los subsidios, las gratificaciones, las subvenciones, las ayudas y las soldadas mínimas vitales…

Los donativos, los comedores sociales, las inclusas, los asilos, las casas de beneficencia, los orfanatos, los pisos de acogidas, esos son los adelantos sociales para algunos…

Es la regresión dentro del progreso, es la resurrección de las pandemias con mortíferas vacunas.

Es la revitalización de las enfermedades emergentes, de rebrote, regresivas y de vintage.

Es volver a los orígenes de nuestras tribales raíces por aquello de que cualquier tiempo pasado fue mejor.

Y como ejemplo de la sublime contradicción, aquí tenemos a los comunistas españoles hablando de democracia.

Es la democracia que exhiben los cinco países que quedan en el mundo como China, Cuba, Laos, Vietnam y Corea del Norte un maravilloso ejemplo a seguir.

Luego están otros que todos conocemos que no se atreven a pregonarlo porque saben que declararse comunista supondría que les cortasen la luz.

Ser comunista a la española resulta guay del Paraguay. Los comunistas españoles hace tiempo que cambiaron la hoz y el martillo por cubertería de plata, vajilla de Limoges y cristalería de Bohemia. Eso sí, todo democracia para unos demócratas de pacotilla, eso sí, nacidos de urnas llena de chisteras, conejos y palomas, porque no hay mejores demócratas que los dictadores con uniformes de indigentes.

Enrique García-Moreno Amador

Presidente del Ateneo de Ocaña

Escritor y amante de Ocaña y su historia

Tags: El Atril de Enrique García-Moreno

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Enrique García-Moreno Amador

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