La “Divina Guardería” expone una de las mayores colecciones de imágenes de Niños Jesús del mundo. ¡Hasta 120 esculturas y figuras!, según informan de Patrimonio Nacional.
Era habitual que las religiosas que profesaban en el monasterio trajeran con ellas a un Niño Jesús. Otros muchos fueron regalados a la comunidad de las descalzas y provienen de diversos rincones del mundo.
Observad los detalles de esta figura que viajó desde… ¡Cuzco, Perú!
Madera, barro, plomo e incluso… ¡cera! Así de diversos son los materiales con los que se realizaban estas imágenes. Fíjese en un diminuto Niño Jesús, se realizó con una compleja técnica que era habitual en países de Europa como Italia o Alemania ¡El realismo es asombroso!
Una de estas figuritas perteneció a la infanta Margarita de Austria, hija de la emperatriz María. Su tamaño le permitía transportarlo en el bolsillo de su delantal.
Muchos de los Niños Jesús estaban caracterizados. ¿Ya lo has identificado? Enfundado de labrador posa San Isidro en esta imagen con su azada.
Frente a él nos observa un Niño Jesús que representa a un personaje del reinado de rey Felipe II ¡El cuello de lechuguilla le delata!
Actualmente, las religiosas mantienen viva la tradición de caracterizar a los niños con una indumentaria específica. Aquí tenemos un Niño Jesús realizado en plomo y vestido como un auténtico tuno.
Cada año puedes admirarlos visitando la “Divina Guardería” en Navidad hasta el 5 de enero.
El Monasterio de las Descalzas Reales, en pleno corazón de Madrid, constituye un espacio de culto y tranquilidad donde el visitante puede observar el contraste con el bullicio de la capital. Fue voluntad de su fundadora, Juana de Austria (1535-1573), hija menor del Emperador Carlos V y princesa de Portugal, convertir el palacio en el que ella misma nació, y que pertenecía al tesorero de su padre, en un monasterio de monjas clarisas. En él instaló sus aposentos tras su regreso de Portugal, y en la capilla que ocupa el mismo espacio en el que vino al mundo descansa su cuerpo.