Réquiem por la prensa escrita tras una agonía angustiosa en donde cada mañana los puntos de venta de periódicos baten el récord de devoluciones.
Cuando los políticos se muestran partidarios de controlar, administrar, presionar y acosar a los medios de comunicación, tratando de oficializar la información a través de canales a su servicio, la prensa vive su calvario, su particular agonía y por tanto, su cada vez más próxima y definitiva desaparición.
Algo que constituye un auténtico drama para los amantes de la Prensa en formato papel como es el caso del que suscribe, el último escribano que ha decidido sucumbir como romántico articulista.
Estudios realizados por la Universidad de Oxford han determinado que los medios de comunicación españoles son los menos creíbles del mundo y en concreto, la prensa española la más mentirosa tras la de EEUU, lo que representa todo un «honor».
Todo como consecuencia de lo que suponen las subvenciones y por tanto la deriva clientelar que éstas proporcionan a los plumillas a sueldo.
Algunos ya nos estábamos temiendo que esto pudiera suceder dado el abandono al que ha estado sometido el sector dedicado a la información a la carta.
Los contados lectores que quedamos estamos a punto de dejar de pagar por leer bulos, medias verdades, interesadas mentiras y descarado e insoportable partidismo, donde la asepsia es una utopía y el rigor una quimera, además de adquirir unos cuadernillos insulsos a modo de boletín parroquial.
No seríamos justos si aceptásemos al pie de la letra lo que nos dicen desde Oxford, ya que según nuestra humilde opinión, es la televisión la que exhibe el más vergonzante ejercicio de manipulación y restauración de la noticia.
No sería justo generalizar, es por esto que permanezcamos aún leyendo medios periodísticos independientes, no perteneciente a grandes grupos editoriales dedicados a crear, aderezar y manufacturar opiniones con el fin de ser lacayos de las dominantes parcelas de poder.
Lo siento por los últimos vendedores de prensa, admirables románticos, gente maravillosa y sacrificada. Tengo algún amigo trabajando en ese sector, pero estoy a punto de huir de ese tipo de información manipuladora y mentirosa.
Leer la misma noticia en dos periódicos me produce una penosa, desagradable y frustrante sensación. Con lo que ha sido la prensa en España y para lo que ha quedado…
Y es que a mí ciertos «periodistas» me causan una pena imponente. Con lo bonita, arriesgada, sacrificada, valiente y rigurosa que siempre fue esta profesión…
Algunos periodistas fueron mártires que dieron su vida por haber ejercido con rigor, dedicación y libertad un oficio digno, audaz e incluso temerario.
Réquiem por la prensa escrita, siempre la mantendré en mis recuerdos más entrañables.
Aquel olor a tinta de imprenta lo sigo disfrutando en el templo donde a veces despiertan los rotativos hábilmente manejados por Rubiales, padre e hijo, a los que dedico mi más sentido y humilde homenaje.