1º Capítulo de la serie "Conociendo Toledo" la Plaza de Zocodover
La Plaza de Zocodover es el centro de Toledo. Si me queréis acompañar podéis ver que hoy la ciudad está llena de gente, llena de turistas porque gracias a Dios nunca nos faltan.
Una de las curiosidades que más llama la atención al turista que nos visita es el nombre de nuestra Plaza más famosa, es decir, Zocodover les cuesta mucho trabajo pronunciarlo bien y por tanto la nombran de muy distintas maneras, las más graciosas que he oído son por ejemplo zoco que ver la plaza del cordobés o de lo que hay que ver. Pero bueno bromas aparte la verdad es que este es un enclave singular desde “In illo tempore”, Zocodover ha sido el corazón y el centro neurálgico de nuestra ciudad.
De aquí parte y emana todo en forma radial, es decir el transporte urbano, el tren y los autobuses turísticos, taxis, etcétera. Cuenta con numerosos bancos y estamentos administrativos bien estatales o autonómicos, siendo el punto de encuentro por excelencia y de aquí suelen partir todas las rutas guiadas por los distintos barrios, hazañas y leyendas toledanas.
A los pies del Alcázar majestuoso y espléndido, en su subsuelo está la antigua muralla romana, con restos perfectamente visibles desde algunos sótanos o establecimientos de restauración. Esta muralla continuaría hacia abajo hasta conformar lo que hoy es la calle de los artilleros, por tanto, podemos decir que aquí siempre ha estado el motor y el pulso de la ciudad.
De planta irregular, tanto en su forma como en sus edificios, al no ser cuadrada no alcanza la belleza de otras plazas castellanas como las de Madrid, Salamanca o Valladolid.
Hubo varios intentos por parte de Carlos I o Felipe II de reformar Zocodover y asemejar a las plazas de las ciudades citadas, pero esto no fue posible, pues en este entorno encontraron el rechazo de la iglesia que tenía en esta Plaza muchos intereses de rentas y alquileres de las que obtenía pingües beneficios y hubo que desechar el proyecto y solamente se reestructuró en una parte y así quedó este gran espacio abierto como un pentágono encerrado entre dos vías principales, una que nos lleva al alcázar y otra que se dirige directamente al lugar donde se halla el poder municipal y eclesiástico, y hoy en día también el judicial.
Muchos acontecimientos se han vivido en esta Plaza sin par, pues por ella ha pasado gran parte de la historia de Toledo, como he comentado. Diversos restos romanos atestiguan su pasado, pero en realidad es en la época musulmana cuando este lugar llamado zoco o mercado empieza a tomar importancia. En principio era una gran Explanada situada estratégicamente entre la alcazaba o Alficen y el resto de la ciudad denominada Medina. Dicha Explanada se situaba justo delante de la entrada principal, que es donde hoy contemplamos aún el arco de la Sangre, y digo que el lugar era estratégico porque tenía fácil accesibilidad y al no existir en el resto de la ciudad otros grandes espacios abiertos, es lógico que se celebrara aquí el mercado, que en un principio fue de trata de caballerías. Se llamaba «sūq ad-dawābb», zoco de las bestias, este vocablo árabe se fue castellanizando y dio origen al nombre de Zocodover, ya citado en documentos fechados en 1.176.
Tras la reconquista cristiana aquí se siguió celebrando mercado prácticamente todos los días pero según un privilegio real dictado por Enrique IV “El Impotente”, con fecha de 21 de abril de 1475, se creó un Mercado Libre con tributación a Toledo y hubo que elegir un solo día de la semana para celebrarlo, votaron los toledanos y el día elegido fue el martes, no contaron en la votación viernes, sábado y domingo, por ser los días sagrados para cada una de las tres Culturas. Desde entonces aquí se vino celebrando el mercado semanal ya no solo de animales sino de toda clase de mercaderías hasta nuestros días. Si bien después ha tenido otros emplazamientos, como el Paseo del Miradero, del Carmen, o su actual ubicación en La Vega.