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El puente de la Constitución marca el inicio de la Navidad para los comidas y cenas de empresa que ya se están organizando
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¿Qué hacer y qué decir cuando me siento a la mesa para celebrar en familia o con los compañeros?
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“Manual de la Navidad en compañía con 10 claves” de Julio García Gómez, experto en relación social y comunicación de la Fundación Casaverde
El pistoletazo de salida para el inicio de la Navidad ya se ha dado oficialmente con el encendido de luces en las calles y en los hogares, está en marcha la planificación de cenas, comidas de empresa, reuniones familiares y sociales marcadas por el calendario del 24 y 25 de diciembre, 31 y 1 de enero. Para muchos es estresante compartir mesa y mantel con el jefe y compañeros de trabajo, e incluso con miembros de la familia, allegados de parentesco, cuñados y cuñadas.
Ante la eterna pregunta de cómo sobrevivir a estas situaciones, salir airoso, e incluso disfrutar, el experto en relaciones sociales, comunicación y expresión de la Fundación Casaverde, Julio García Gómez, plantea un decálogo a modo de manual de cabecera para estas situaciones a veces complicadas en que la relación, la expresión y el lenguaje deben ser herramientas a nuestra disposición para conseguir superar alguna crisis y a la vez emocionalmente salir bien parado.
“Manual de la Navidad en compañía con 10 claves”
- En los encuentros de empresa, saber elegir muy bien al lado de quien me siento, con quién comparto mesa y mantel, o si es en formato cóctel de pie, cómo debo marcar el territorio donde me voy a desenvolver, marco un círculo imaginario, planifico cuándo me acerco al jefe y preparo estratégicamente una serie de preguntas y posibles respuestas.
- Si conozco a los compañeros del encuentro, no debo abusar de hablar en exceso de mi familia, mis temas personales y mis logros profesionales. Tengo que dejar que mi compañero de sitio sea el protagonista del encuentro. No hay que preguntar más de la cuenta. Se debe cuidar mucho el detalle, cómo me visto y cómo me expreso correctamente.
- Mesura, prudencia y conocimiento del terreno. No abusar de la comida abundante y menos de la bebida. Nos podría pasar factura que se suelte la luenga y que luego haya una repercusión negativa en redes sociales si subimos fotos. Mucha atención a qué momentos captamos con la cámara, en qué actitud y postura del cuerpo, con quién y cómo.
- No alargar la asistencia a las comidas de empresa. Si los demás quieren seguir toda la tarde o toda la noche, en el caso de cena, nosotros tenemos la obligación de saber practicar una retirada a tiempo para no desgastar la relación y caer en el aburrimiento. Estar lo justo y necesario.
- Con los jefes no hablar de dinero, aumento de sueldo, reivindicaciones laborales y otras cuestiones “incómodas”. En cualquier caso, podemos quedar con él para otro momento en el trabajo. No discutir con los compañeros ni sacar a relucir asuntos negativos del pasado. Se trata de disfrutar y pasar el rato.
- En los encuentros familiares es fundamental prestar mucha atención a todos los miembros de la familia con los que compartimos y especialmente a los niños y a las personas mayores. Con los allegados, cuñadas y cuñados, yernos y nueras hay que procurar una actitud muy proactiva y querer agradar. Nunca hablar de bienes materiales, no reprochar situaciones pasadas.
- Hay que hablar lo necesario, pero no extenderse más de lo necesario. Escuchar es tan importante como hablar. No pisar las conversaciones, no gritar, no gesticular en exceso. Estos aspectos son enemigos de una buena comunicación en la relación de las personas en cualquier circunstancia, y por supuesto en las fiestas de Navidad.
- En la relación con los niños, la comunicación debe ser especialmente fluida y hay que prestarles la atención que merecen en estas celebraciones familiares. No debemos dejar que queden aislados en una mesa sin compartir las situaciones festivas con los mayores, padres, hermanos, tíos y abuelos. Los menores merecen toda nuestra atención y afecto en estas circunstancias especiales.
- Nuestros mayores también serán protagonistas de nuestros encuentros ocupando un lugar preferente. Podemos aprovechar las fiestas para que ellos muestren sus ideas y sentimientos, compartiendo con todos en la mesa sus vivencias de años pasados, sus navidades pasadas, sus mejores momentos.
- Hay que disfrutar la relación social y familiar siempre, y especialmente en estos días de Navidad. El éxito de nuestros encuentros será visible a través de una comunicación directa y afectiva en la que disfrutemos todos y sea un buen momento para compartir.