Marchando, una de Jalogüin

He estado callejeando y disfrutando de un gratificante paseo y vengo entusiasmado con el enorme arraigo de la tradicional, racial y ancestral fiesta del Halloween.

Me emociona saber que sin lugar a dudas esta sea la fiesta española de mayor tradición popular y eso se nota por la naturalidad con que la gente se manifiesta.

Vengo entusiasmado con la presencia en las calle de esqueletos, novias ensangrentadas vestidas de gasa blanca deshilachada, zombis, muertos vivientes, niños llenos de gasas y telarañas, bañados en sangre y puses.

Espíritus condenados saliendo de las tinieblas, bebés amortajados, monstruos recién salidos de los infiernos, luciferes, satanes y demonios…

Esto del Halloween es tan divertido, elegante y fino…

Vengo exultante de alegría, de una saludable diversión, ternura, naturalidad y la más distendida actitud con toda esta corriente sanguinolenta, con gente metiendo miedo a una sociedad que ya no se asusta por nada excepto de esto… Viven al día y el sueldo apenas les llega al día 20 de cada mes y no les aterra y de pronto ven al vecino vestido de vampiro y se mueren de miedo…

Y es que el Halloween forma parte de mis ancestros familiares de toda la vida. En casa de mis abuelos no se concebía estas fechas sin esta parafernalia maravillosa de vestirse de bruja pirula y del Sacamantecas.

Sin embargo la novísima implantación del día de todos los santos y de difuntos aún no la he digerido.

Lo siento, no puedo, esto del Día de los Santos no me salen de dentro.

Estas modernidades del día de los difuntos no terminan de convencerme, lo siento, no puedo.

Sin embargo lo de Halloween es tan gratificante, tan divertido, tan distendido y pleno de ternura, que estoy viendo en estos momentos a un bebé vestido de zombi del ultramundo, tomando un biberón de sangre fresca y me ha transportado al mundo donde duermen mis recuerdos más entrañables, tiernos y gratificantes. ¡Joder, qué miedo!

Y luego por la noche discotecas, cogorzas, reguetones, flamenquito, sexo loco de tías y tíos bañados en ketchup, sirope de fresa, telarañas sintéticas, cuchillos de pega atravesando la cabeza, ojos inyectados a través de lentillas rojas…

Alcoholes, kalimochos, gintonis, cubatas y preservativos de fresa, arándanos y frambuesa, y si no, siempre habrá píldoras luneras, esta vez durante el largo, lúgubre, tétrico y tenebroso fin de semana.

Lo reconozco, me encanta este Halloween a la española. Ni trato, ni truco, ¡cogorzas y tente tieso!

Por cierto, a partir del lunes los crisantemos bajarán al 50% de su valor y la ministra de economía se apuntará la bajada de precios.

Eso sí, me voy a poner fino con huesos de santo, natillas de difunta, buñuelos de viento, Chocolate con sirope de arándanos, pastelitos de gloria, castañas bañadas en mermelada de frambuesa…

Enrique García-Moreno Amador

Presidente del Ateneo de Ocaña

Escritor y amante de Ocaña y su historia

Tags: El Atril de Enrique García-Moreno

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Enrique García-Moreno Amador

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