Estando en plenas fechas navideñas, echamos la mirada a una de las mejores pinacotecas del mundo, el Museo del Prado, para admirar a algunas de sus obras más emblemáticas sobre la natividad de Jesús.
Siendo España un país de hondas raíces cristianas, durante siglos se representaron en la pintura y en la escultura, principalmente, pasajes de la Biblia y de los Evangelios donde se narra la historia de Jesús desde su nacimiento, incluso antes de este.
Le invitamos en esta ocasión a que se fije en La adoración de los pastores del Greco.
Podemos leer en la web de dicho museo que se trata de “una escena nocturna desarrollada en un espacio angosto e irregular, una suerte de gruta en cuyo fondo se ha situado un vano abocinado formado por dos arcos de medio punto. En torno a María y su Hijo recién nacido, desnudo sobre el regazo de ésta, san José y tres pastores muestran una fervorosa devoción ante el pequeño. En el suelo, arrodillado, un buey contempla al recién nacido. Muy cerca del grupo, sobrevolando la escena, y cerrando la elipsis compositiva, un grupo de ángeles muestra la complacencia celestial ante el nacimiento del Redentor, al tiempo que sostienen una filacteria con el texto: GLORIA IN EXCEL[SIS DEO E]T IN TERRA PAX [HOMINIBUS]. Puede considerarse esta Natividad como la última obra maestra salida de la mano del Greco antes de su muerte el 7 de abril de 1614”.
El Greco utiliza una gama cromática con fuertes contrastes entre colores cálidos (rojos, anaranjados) y fríos (verdes, morados, azules). La luz parece emanar del Niño Jesús y de la tela blanca, simbolizando la divinidad y espiritualidad.
La pintura se caracteriza por su dramatismo y espiritualidad, elementos distintivos del manierismo, el estilo predominante de El Greco.
Características Manieristas
- Figuras Alargadas: Las figuras humanas están exageradamente alargadas, una característica típica del manierismo.
- Dinamismo y Movimiento: Las posturas y gestos teatrales de los personajes añaden un sentido de movimiento y emoción.
- Contrastes Cromáticos: El uso de colores vibrantes y contrastantes realza la intensidad emocional de la escena.
- Luz Irreal: La iluminación no proviene de una fuente natural, sino que parece surgir de las figuras mismas, especialmente del Niño Jesús
Esta obra es un claro ejemplo de cómo El Greco fusiona la tradición bizantina con el manierismo occidental, creando una visión mística y profundamente espiritual del nacimiento de Jesús.