Al final, cuando las aguas vuelvan a sus cauces, el lodo deje al descubierto la horrible tragedia y la desesperación se manifieste en toda su crudeza, quedarán a la intemperie los supervivientes y los familiares de los fallecidos llevarán luto de por vida, teniendo que enfrentarse al insoportable vacío que deja este horrible suceso.
Mientras, los héroes y las heroínas anónimos llegados desde todos los rincones, se habrán dejado hasta el último aliento en favor de los hermanos necesitados y todo unido al insoportable y nauseabundo comportamiento de las bestias carroñeras que escondidos en la noche aprovecharon para saquear las viviendas, negocios y empresas de los que habían perdido todo y no podían defenderse.
Y por si todo esto fuere insuficiente, algunos políticos aprovecharán el horror para intentar sacar tajada del caos, la desolación y la muerte.
Y lo que aún es peor, algunos medios de comunicación, sus carroñeras vedetes y tertulianos sin escrúpulos, se habrán dedicado a intoxicar, confundir y manipular para obtener réditos comerciales, prebendas clientelares y favores de los capitostes.
He visto cientos de voluntarios y voluntarias, bomberos, policías, militares y guardias civiles a punto de caer abatidos por el esfuerzo.
Los he visto dormir derrengados en polideportivos, en naves industriales y hasta en sus propios coches, comiendo bocadillos servidos por otros voluntarios. Todos mezclados, todos hombro con hombro con los damnificados.
He visto la podredumbre de los miserables de cerca y por contra, miles de personas haciendo bueno aquello de que España se agiganta ante la tragedia y su gente se juega su vida en favor de los demás.
Esta es la España auténtica, la otra, la de los miserables, es la escoria que toda sociedad tiene que padecer por ese dañino y perverso peaje…
Esta España altruista, generosa, desprendida y sacrificada nos emociona. Esta es la España que nos anima. Esta España nos llena de esperanza.
Es la España que habla una sola Lengua, la que sale del corazón, la que aúna sentires, la que se funde en un fraternal abrazo…