Las calles de Daimiel se engalanaron ayer para celebrar el Corpus Christi, una festividad llena de música, fe y tradición. La procesión, que recorrió un total de 13 altares y alfombras elaboradas por las hermandades y cofradías de la localidad, contó con la participación de todos los fieles, incluyendo a los niños que han recibido la comunión este año, la banda de música y la corporación municipal.
Un día de reencuentro y tradición
El Corpus Christi es un día especial para los daimieleños, quienes se reúnen para celebrar su fe y devoción al Santísimo Sacramento. La procesión, que partió desde la parroquia de Santa María y finalizó en San Pedro, estuvo marcada por la solemnidad y el fervor de los participantes.
La custodia bajo palio
Uno de los momentos más emotivos de la procesión fue el paso de la custodia bajo palio, portada por los sacerdotes de Santa María y San Pedro. La custodia, una bella obra de arte renacentista, recorrió las calles engalanadas con alfombras de serrín y flores, al son de las marchas procesionales interpretadas por la banda de música.
Un día para compartir y disfrutar
El Corpus Christi es también un día para compartir y disfrutar en familia y con amigos. Tras la procesión, muchos daimieleños se reunieron en las terrazas y bares de la localidad para degustar las tapas y dulces típicos de esta festividad.
Agradecimientos:
Queremos agradecer a nuestros amigos por su colaboración en la elaboración de esta noticia. En especial, queremos dar las gracias a:
- José Luis Lara Gallego, por compartir sus magníficas fotografías de la procesión.
- Ramón Córdoba, por proporcionarnos información detallada sobre los actos realizados en Daimiel con motivo del Corpus Christi.
¡Viva el Corpus Christi!
Que Dios bendiga a Daimiel y a todos sus habitantes.