La Escuela de Caza y Ataque es un centro de élite para la formación de pilotos de combate
Con la llegada de las aeronaves Predator-B, la unidad adquirió un rol operativo enfocado a misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento
La ministra de Defensa, Margarita Robles, visitó el pasado 24 de noviembre del Ala 23, Escuela Militar de Caza y Ataque del Ejército del Aire y del Espacio, donde ha conocido de primera mano la excelente preparación de los alumnos de este centro, cuna de la aviación de combate española, y ha supervisado las capacidades de las aeronaves Predator-B en misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento.
A su llegada a la Base Aérea de Talavera la Real la ministra ha sido recibida por el jefe del Ala 23 y director de la Escuela de Caza y Ataque, coronel Antonio Esteban, quien ha impartido una sesión informativa acerca de esta unidad de formación y centro de referencia, que está a punto de cumplir 70 años y por el que han pasado más de 2.000 alumnos.
Desde su fundación en 1953, este centro de enseñanza de élite ha realizado más de 130 cursos, traducidos en unas 250.000 horas de vuelo. La labor fundamental de la escuela es “enseñar los fundamentos del combate aéreo” a los alumnos de 5º curso de la Academia General del Aire que han sido seleccionados para incorporarse a la especialidad.
“Nuestra función no solamente es convertirles en pilotos de combate, sino darles la formación integral para que el Ejército del Aire y del Espacio tenga los oficiales y los líderes que necesita para el futuro”, ha asegurado el coronel Esteban, que ha destacado que “el sistema de enseñanza que tenemos en la unidad es el más dedicado y el más individualizado, haciendo un seguimiento exhaustivo del progreso de los alumnos día a día”, ha añadido.
Robles ha podido conversar con los 12 alféreces alumnos que se encuentran realizando la Fase Avanzada de vuelo tras la que se les reconoce como pilotos de caza del Ejército del Aire y del Espacio, para a continuación ser destinados a los escuadrones dotados con aviones F-18 y Eurofighter. Actualmente, otros tres alumnos realizan la formación desde Estados Unidos.
Tanto la ministra como los generales han resaltado la excelente preparación de los alumnos y les han recomendado que estudien mucho. Robles les ha deseado mucha suerte a todos y “que tengan una buena suelta”.
DOBLE FUNCIÓN
A continuación, la ministra de Defensa ha recorrido el aula de realidad virtual y el simulador, antes de trasladarse al Grupo de Fuerzas Aéreas RPA (Remotely Piloted Aircraft System), donde ha visitado el hangar de aviones, la sala de operaciones y las cabinas de control de vuelo del Predator-B.
Con la llegada de las aeronaves remotamente tripuladas MQ-9 Predator-B, la escuela pasó a realizar, además de la función docente, otra enfocada principalmente a las misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento. “La misión que tenemos en este grupo es proporcionar al JEMAD y a las Fuerzas Armadas la inteligencia militar que necesitan para el planeamiento y conducción de operaciones militares en nivel estratégico y operacional”, ha explicado el jefe del Ala 23.
Este tipo de aviones-drones son capaces de operar vía satélite y, además de su integración en operaciones militares complejas, para las que han sido diseñados, pueden ser utilizados en apoyo a la observación de crisis humanitarias, vigilancia y control de fronteras, prevención de incendios, lucha contra el terrorismo y el crimen organizado o apoyo en emergencias y catástrofes, entre otros fines.
La ministra ha podido supervisar tres Predator disponibles en el hangar y uno que se encontraba en vuelo y se ha mostrado impresionada por los avances realizados desde su última visita al Ala 23, emplazando a todos a regresar en dos años para volver a comprobar la evolución de estas aeronaves.