La libertad permite que no tengamos que airear nuestra intimidad

La Democracia y la Libertad hacen posible que los ciudadanos votemos a quien nos dé la gana, sin tener que dar explicaciones a nadie, sin tener que justificar nuestro voto, y al mismo tiempo, opinar libremente sobre lo que nos venga en ganas.

Griegos y romanos fueron los ideólogos del innovador sistema de gobierno que dio origen a la Democracia, en el que se posibilitaba que los ciudadanos tuvieran capacidad para votar, y todos los votos tuvieran el mismo valor a la hora del escrutinio.

Y puestos a opinar, creo que a tenor de los acontecimientos políticos que estamos viviendo, hace falta tener unas dilatadas tragaderas para engullir sin atragantarse las miserias que se agarran a los entresijos de esta democracia Made in Spain, que no deja de sorprendernos a cada instante con su pintoresca forma de interpretarla.

Nos encontramos con una sociedad dividida, confundida, desubicada, desorientada, imprecisa, crispada, atrevida, indolente, soberbia, insolvente, engreída, insolente y a veces insolvente. (Sálvese quien pueda)

Una sociedad sin ideología, sin doctrina, sin filosofía y sin ninguna arista donde agarrarse desesperadamente los ciudadanos.

Estas nuevas ideologías no son de izquierdas, ni de derechas. Y siendo de todo, no son NADA.

Esta nueva «derecha» además de lo dicho anteriormente de la izquierda, se ha fraccionado en un violento enfrentamiento fraternal.

Estas novísimas doctrinas se han fraccionado en agrupaciones, federaciones, regionalizaciones, movimientos, y lejos de promover congresos ideológicos, se unen y se separan con el fin de crear más líderes, más aparatos, más sedes, más intereses, mayores redes clientelares y una mayor presencia en todas las instituciones del estado.

A ellos no les importan las ideologías, ni las doctrinas, ni los credos. A ellos les importa crear una sociedad sometida, domada y asilvestrada, para ser manejada a su antojo.

La nueva izquierda se basa en una estructura que debilite el tronco, el PSOE y fortalezca las ramas, resto de partidos.   Resulta curioso comprobar la proliferación de corrientes ideológicas con denominación «anti» para dar gusto a los «antis’.

Hay antifascistas, antifranquistas, anticapitalistas, antiotan, antinazis, anticlérigos, antisistemas, antipropiedad, antibancos, anti desahucios, antihipotecas, antiejércitos, antitaurinos, antiyanquis…

Ellos se autodenominan demócratas, pero la democracia en sus estructuras, en sus formaciones piramidales y en sus organigramas, son de la más pura designación digital y cuando sacan las urnas a paseo es para representar las parodias mas hilarantes, sin detenerse a analizar esperpénticos resultados.

Los que se creen de derechas se autodefinen como conservadores, permaneciendo anclados en el Siglo XIX y los más modernos, los más avanzados, siguen a vueltas con Franco, con Queipo de Llano, Mola y Moscardó, siendo que ninguno de sus dirigentes los conociese, ni padeciese, ni creo les beneficiase viendo su condición social.

Todos ellos, progres y conservadores se dicen amantes de la libertad y no permiten la libertad de expresión, ni la lingüística, ni la religiosa, ni la ideológica, ni la educativa.

Defienden las primarias y los cargos se los reparten los jefes a la remanguillé…

Presumen de incorruptibles, mientras obtienen beneficios y prebendas por todos sitios, sacan a los corruptos de la cárcel, acercan a los terroristas, anulan sus delitos, rebajan las penas, indultan a sus presos y discuten sus propias decisiones… ¡Todos!

Todo lo que aprueban en consejo de ministros por la mañana lo ponen en solfa por la tarde.

Y para tener listos todos los caladeros se hacen separatistas, revolucionarios, independentistas, patriotas, antiespañoles, caribeños, proiraníes, o «ProTrump» si llegase el caso, que creo que ayer se hizo público.

Hubo un tiempo que se hicieron griegos, venezolanos, portugueses, cubanos, saharauis, argelinos, marroquíes, yanquis, argentinos, húngaros…

Hablan de igualdad y sus comportamientos dinamitan la lucha que la mujer ha mantenido en el último medio siglo por obtener unos resultados homologables con los países más avanzados del mundo, haciendo ver que los derechos de las mujeres pasan por defender diferentes colectivos que luchan por sus especiales circunstancias, de género o de sexo.

Se inventan el género neutro, algo que ya se recogía en la Gramática española y a través del género crear un nuevo sexo.

Sin darnos cuenta nos ha invadido una plaga de buscavidas, ansiosos de poder, ególatras, ambiciosos, narcisistas y vividores, que haciéndose pasar por progresistas, o conservadores, mantienen aletargada, adormilada, somnolienta, acomodada y confiada, a esta sociedad, que estando bajo mínimos, sigue sin enterarse de lo que está sucediendo delante de sus narices.

Mientras escribo esto veo de reojo lo que está emitiendo la tele sobre Ávalos y se me abren las carnes… Y las redes sociales mostrando un vergonzante y paupérrimo nivel.

Enrique García-Moreno Amador

Presidente del Ateneo de Ocaña

Escritor y amante de Ocaña y su historia

Tags: El Atril de Enrique García-Moreno

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Enrique García-Moreno Amador

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