El 30 de mayo de 1994 se entregó a la Armada la fragata “Navarra”, un buque ya veterano que había sido botado en octubre de 1992 en los astilleros ferrolanos de la entonces E.N. Bazán. Desde entonces, la “Navarra” ha sido testigo y partícipe del día a día de la Armada, de su modernización, de la evolución tecnológica de sus unidades y de la mejora en la formación y preparación de sus miembros.
La fragata se presentó con nuevas mejoras sobre el diseño inicial de las fragatas norteamericanas clase Oliver Hazard Perry. Junto con la “Canarias”, que fue entregada meses después, conformó la 2ª serie de las fragatas clase “Santa María”, cuyas capacidades fueron optimizadas, principalmente en sensores y armas, con un grado de nacionalización ligeramente superior a las cuatro primeras de la clase.
A este respecto, y como se señalaba en la prensa en el verano de 1993, “… todo apunta a que estas fragatas serán eficaces hasta bien entrado el siglo XXI”. No se equivocaron. Durante estos 30 años, la “Navarra” ha participado en múltiples operaciones, desde Libertad Duradera y Active Endeavour, hasta las actuales Atalanta y Sea Guardian. Ha navegado más de 600,000 millas, con más de 3,000 días de mar en los que ha visitado 88 puertos distintos de 32 países. En este dilatado periodo es difícil destacar episodios entre los incontables que han vivido las 2,050 personas que han sido parte de su dotación.
Sin embargo, entre los que han quedado grabados se encuentra su participación en la crisis del Islote de Perejil en julio de 2002. Este enclave español al norte de África había sido ocupado por fuerzas marroquíes, y la “Navarra” participó, como parte de la fuerza desplegada por España, en su recuperación. La misión se completó con éxito, demostrando la eficacia de la acción conjunta de las Fuerzas Armadas en la defensa y garantía de la soberanía nacional.
En diciembre de ese mismo año, la “Navarra” estuvo también involucrada en el abordaje del buque norcoreano So San en las proximidades de la Isla de Socotra, en el Océano Índico. En su participación en la Operación Libertad Duradera, la “Navarra” y el BAC “Patiño” interceptaron al mercante que transportaba un cargamento no declarado de misiles Scud. Esta acción, realizada bajo el mandato de la coalición internacional liderada por Estados Unidos, fue un claro mensaje contra el terrorismo y destacó el papel de España en la seguridad global y su compromiso con nuestros aliados.
Más recientemente, durante una patrulla en la Operación SOPHIA de la UE, el buque rescató una embarcación de inmigrantes que trataban de cruzar el Mediterráneo. Entre ellos se encontraba Amina, una joven costamarfileña en estado avanzado de gestación, que dio a luz a una niña a bordo, Muna Navarra, con la asistencia del equipo médico embarcado, algunos de los cuales aún permanecen a bordo.
La veteranía y prestigio de la fragata ganados con el esfuerzo de sus dotaciones durante estas tres décadas, junto con sus capacidades, le permiten seguir siendo un elemento fundamental en las misiones de las Fuerzas Armadas para la defensa del territorio nacional y los espacios marítimos de interés. Para ello, la “Navarra” sigue centrando su actividad en el alistamiento y preparación, mediante la participación en ejercicios tanto nacionales como internacionales, así como en la integración en fuerzas de la UE y la OTAN, principalmente en sus despliegues en el Océano Índico y Mediterráneo con la Operación Atalanta y Operación Sea Guardian, respectivamente.