De nuevo Sánchez se ha ido de pícnic a los Quintos de Mora con su chanchi piruli gobierno a pasar un fin de semana a ‘La Casa Rural del Estado» con un magnífico «todo incluido». Y lo hace en tiempos en los que ir de campo puede resultar una enorme provocación a la Fachosfera de Pedro.
El campo no está en estos momentos para que unos señoritos, mas acostumbrados a retozar en campus universitarios que a solucionar el escándalo agrícola, se diviertan a costa del pueblo.
Eso de pueblo y proletariado a estos les encanta.
Ahí tenemos a la rubia ministra sindicalista viguesa vestida de Armani insultando a los agricultores españoles, llamándoles analfabetos. Mientras, los agricultores tirados en autovias y autopistas, tratando de salvar la ruina de sus hogares a base de dejarse los últimos ahorros en el incandescente asfalto donde han encontrado cobijo para sus legítimas reivindicaciones.
A Sánchez todo esto le importa un bledo, como al niñato estupido de VOX de CyL, que en el colmo de su congénita idiotez llama señoritos a los agricultores, ganaderos y pescadores, sin mirarse su insulsa carita de panolis papanatas.
La imágen de los 23 ministros y ministras llegando en autopullman, con don Pedro en la puerta, a lo Travolta, del enorme cigarral con vistas al campo es la imagen de pelicula musical…
Todos con atuendo informal, desenfadado, en vaqueros y bambas recien compradas en El Corte Inglés, creyendo que los españoles nos hemos caído de una higuera.
Recuerdo ahora a Isabel Tocino disfrazada de pastorcilla extremeña apoyando el jamón de bellota 100×100 ibérico.
También al comunista Garzón hinchándose a chuletones de buey mientras los ¿prohibía? a los pobres.
Me hubiera gustado haberlos visto en el autobús cantando: «Ahora que vamos despacio, tralará, vamos a contar mentiras, tralará. Vamos a contar mentiras.
Ellos tan pijos con las etiquetas de Hugo Boss aún cosidas en las chupas y ellas con sus pantalones pitillo y sandalias de plataforma de boutique de Serrano y bolso de Louis Vuitton.
Ellos piensan una cosa, dicen la contraria y hacen lo contrario de lo que piensan y dicen, y si no, simplemente, cambian de opinión. Total…
Buenas bebidas, buenas comidas, buenos cócteles aperitivos, refrigerios y tentetiesos, todo de gañote, y tras la francachela, las correspondientes dietas y complementos extras por trabajar en festivo, y luego, si eso, a solidarizarse a distancia con los agricultores que mantienen los Quintos de Mora como un vergel…
Y cuando lo hacía Aznar tambien nos moriamos de la risa, no vayáis a creer… Bueno, mas que risa me estomagaba el del mostacho.
Aún recuerdo al Josemary de francachela con sus ministros antes que fueran procesados…
Y encima, el dios de los abdominales, ¿hablando? catalán en la intimidad, sólo bebía Vega Sicilia…
Tiene cataplines la cosa.
¡Ay! ¡La casta! ¡Mama qué tendrá la casta!
Eso sí, piquito para engatusar a los pobres, al proletariado y a los desheredados de la fortuna no les falta, que se lo digan a aquel vicepresidente de cola de caballo al viento hoy tratando de colocar a su churri.
¡Los Quintos de Mora! ¡Joé! ¡Eso si que es vida!
¡Todo gratis! Vamos, que paga el pueblo…
Con la que está cayendo y todos en Galicia dándole al marisco, al pulpo da feira, al albariño, Ribeiro y a la tarta de Santiago con queimadas a «tó tiplén».
Vamos, que lo paga el puebliño y los paisanos del carallo.
Mientras, los Guardias Civiles jugándose la vida en roscos hinchables a remo.