La localidad toledana de Menasalbas se prepara para celebrar una de sus fiestas más arraigadas: La Encamisada. Esta tradición, con más de dos siglos de historia, combina elementos religiosos, militares y populares, y busca ahora obtener el reconocimiento como Bien de Interés Cultural.
La Encamisada, que se celebra en torno a la festividad de la Candelaria, es una muestra de la rica tradición cultural de la región. Durante estos días, los vecinos de Menasalbas se visten con largas camisas blancas y recorren las calles del pueblo al ritmo de los tambores, creando una atmósfera única y mágica.
Un pedazo de historia
Los orígenes de esta fiesta se remontan al siglo XVIII, cuando la Cofradía de las Ánimas organizaba una procesión en honor a la Virgen de la Salud. Tras un periodo de interrupción, la tradición fue recuperada en la década de 1980 gracias a la Asociación Cultural La Encamisada.
«La Encamisada es mucho más que una fiesta», afirma Marina García, alcaldesa de Menasalbas y diputada provincial. «Es una parte fundamental de nuestra identidad y de nuestra historia. Queremos que sea reconocida como un bien cultural y que pueda ser disfrutada por generaciones futuras».
Un evento de interés provincial
El diputado provincial de Cultura y Educación, Tomás Arribas, ha destacado la importancia de esta tradición para la provincia de Toledo: «La Encamisada es un ejemplo de cómo nuestras tradiciones más arraigadas pueden convertirse en un motor de desarrollo económico y turístico».
Arribas ha subrayado el apoyo de la Diputación de Toledo a esta iniciativa y ha mostrado su confianza en que la Encamisada sea declarada Bien de Interés Cultural.
Un programa lleno de actividades
La programación de la Encamisada incluye actos religiosos, procesiones, bailes, conciertos y actividades para todos los públicos. Destaca la figura del Montante, el líder de la procesión, y la importancia de las hogueras, que simbolizan la purificación.