Un halo de nostalgia envuelve a Villatobas. La carroza del año 1942, símbolo de devoción y tradición durante décadas, se despide del pueblo dejando un vacío irremplazable en el corazón de sus habitantes. Más que una simple estructura de madera y metal, la carroza era un emblema de fe, un altar ambulante que transportaba con reverencia la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno en procesión.
Un viaje a través del tiempo: La historia de la carroza
Nacida en 1942 de la mano de un escultor anónimo y la generosidad de los hermanos Sánchez Navarro Salinas, la carroza representaba mucho más que un elemento decorativo. Era un pedazo de la historia de Villatobas, un testigo silencioso de las plegarias, las promesas, los llantos y las alegrías compartidas por un pueblo unido por la fe.
Detalles que dan vida a la historia
Sobre su plataforma rectangular, adornada con motivos de la Pasión en relieve, cuatro ángeles de pasta de madera tallados con esmero por Artes Cristianos de Olot velaban por su paso. Iluminada por faroles de bronce alimentados por un sistema eléctrico que se activaba mediante una llave conmutador, la carroza surcaba las calles de Villatobas dejando un rastro de fervor y recogimiento.
Puntos de luz que guiaban la devoción
En las procesiones nocturnas, la carroza se convertía en un faro de esperanza e iluminación. Los puntos de luz, estratégicamente ubicados en su estructura, marcaban el camino a seguir por los fieles, creando una atmósfera mágica y solemne. Cada punto de luz era como una oración silenciosa, una súplica elevada al cielo en busca de consuelo y protección.
Un adiós con sabor a recuerdo
El paso del tiempo ha hecho mella en la carroza del 42. Su estructura, ya no tan robusta, y sus colores, antaño vibrantes, han perdido parte de su esplendor. Sin embargo, su esencia permanece intacta en la memoria de Villatobas.
Homenaje en verso a un símbolo inmortal
Adiós, carroza del cuarenta y dos,
Te marchas dejando un vacío profundo,
Un pedazo de nuestra historia se va con tu adiós,
Y en el corazón, un recuerdo inmundo.
Fuiste testigo de plegarias y promesas,
De llantos y alegrías compartidas,
De un pueblo unido por la fe,
Que en ti encontró consuelo.
Tu madera, tallada con primor,
Tus faroles, iluminando la oscuridad,
Tus ángeles, velando con amor,
Fueron símbolos de paz y bondad.
Te despedimos con el corazón encogido,
Pero tu recuerdo vivirá por siempre,
En cada procesión, en cada rezo sentido,
En cada latido de nuestra gente.
Descansa en paz, carroza del cuarenta y dos,
Tu legado nos acompañará siempre jamás.
Recordando la historia en el museo
Los amantes de la historia y las tradiciones de Villatobas pueden encontrar fotos antiguas de la carroza del 42 en el museo de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Estas imágenes son un tesoro invaluable que permite revivir los momentos de gloria de esta emblemática pieza y comprender mejor su significado para el pueblo.
Un adiós que deja huella
La despedida de la carroza del 42 es un momento agridulce para Villatobas. Por un lado, se siente la tristeza por la pérdida de un símbolo tan querido. Por otro lado, existe la satisfacción de haber disfrutado durante décadas de su presencia en las procesiones y de haber podido crear con ella recuerdos imborrables.
La carroza del 42 no solo era una estructura de madera y metal, era un pedazo del alma de Villatobas. Su legado vivirá por siempre en la memoria de sus habitantes y en las historias que se seguirán contando sobre ella de generación en generación.
#carroza #memoria #tradición #Villatobas #SemanaSanta #NuestroPadreJesúsNazareno
