Hace unos años, en la esquina de la calle Duque de Zaragoza y Avenida de la Constitución en Alicante hubo un bar de nombre Rincón Borbónico. Me llamó la atención el nombre. Siendo España un Reino y teniendo como modelo de Estado una Monarquía Parlamentaria, no verá muchos comercios que rotulen su fachada o pongan en su rótulo la palabra Borbón. Aunque algunos lo hagan como mofa que así de presuntos desagradecidos son algunos españoles, una minoría ruidosa, pero minoría, en cualquier caso.
Tenemos mucho que agradecer a los líderes de la actual Monarquía española. Hoy disfrutamos de una democracia plena iniciada por ellos después de la muerte de Franco. Don Juan reivindicaba los valores democráticos desde el exilio. Don Juan Carlos los puso en práctica después de ser proclamado Rey y de renunciar a sus poderes absolutos. Don Felipe sigue defendiendo a ultranza esos valores manifestados en la actual Constitución española.
Pero deje que vuelva al Rincón Borbónico. Me hice cliente. Detrás de la barra lo servían dos hombres de origen argentino. Aún me llamó más la atención. Y entonces, ¿por qué el nombre del establecimiento?, pregunté un día después de tomar un gran y sabroso bollo con un café con leche, soy goloso qué le voy a hacer. Muy sencillo, me dijo uno de ellos. Estamos casados con dos napolitanas, ellas adoran a los Borbones que tuvieron en Nápoles y reivindican que vuelvan porque entonces fue una época muy próspera y floreciente para su ciudad gracias a ellos y quieren que vuelva a serlo. Ahora los napolitanos – dijeron – se sienten olvidados por las regiones del norte de Italia, más ricas y poderosas.
Actualmente el Reino de Nápoles lo reivindica el Duque de Calabria, por cierto, primo del Rey Felipe VI. El Duque de Calabria, actualmente Pedro de Borbón-Dos Sicilias y Orleans, reivindica su posición como heredero legítimo del antiguo Reino de Nápoles y de la Casa Real de las Dos Sicilias.
Italia es nación desde hace relativamente poco tiempo. Se unificaron los diferentes territorios y nació un nuevo país en Europa el 17 de marzo de 1861. La península itálica dividida desde la caída del Imperio Romano se reunía de nuevo con la Monarquía de los Saboya, designando a Víctor Manuel II como su Rey.
Hoy parece que es poco probable que vuelva a reinar un Borbón en Nápoles, aunque hace unos días otro Borbón fue protagonista en su Teatro de San Carlos y aclamado por los napolitanos, reivindicando además a otro Borbón, Carlos VII, que después fue Rey de España con el nombre de Carlos III, dejando en el trono de Nápoles a su hijo con el nombre de Fernando IV quien denominó el reino como Nápoles Dos Sicilias.
El Rey Felipe VI fue a Nápoles, durante su reciente viaje de Estado a Italia, a recibir el título de Doctor Honoris Causa en Ciencias Sociales y Estadísticas por la Universidad Federico II en el 800 aniversario de su fundación. Se lo han concedido reconociendo su papel como Jefe de Estado y como símbolo de cooperación y compromiso con los valores universales del conocimiento, la justicia y el diálogo entre culturas. Es el primero que recibe el Rey Felipe VI, el primero que esta Universidad concede a un Jefe de Estado y el quinto que han concedido en sus 800 años.
Felipe VI lo recogió en el gran Teatro (Real) de San Carlos en Nápoles. Es el teatro de ópera en activo más antiguo del mundo, abrió sus puertas en 1737. Fue construido a instancias del Rey Carlos VII citado. Ya ve, todo queda entre Borbones.