Todos conocemos la versión oficial que Adolf Hitler murió en su bunker de Berlín antes que lo apresaran los soldados rusos durante la Segunda Guerra Mundial. Ya sabe, se suicidó el 30 de abril de 1945 junto a su mujer Eva Braun y luego dio instrucciones que quemaran sus cuerpos a la puerta del bunker, que es lo que se encontraron los oficiales del ejército ruso cuando conquistaron esa posición.
Sin embargo, entonces y durante muchos años se dijo que ese suicidio fue una estratagema de Hitler para huir sin ser perseguido a un país amigo, que se embarcó en un puerto de la costa alemana en uno de sus submarinos, llegó a las costas amigas del norte de España del General Franco para repostar, lo volvió a hacer en una de las islas del archipiélago canario para cruzar el Atlántico hasta llegar al puerto de Buenos Aires en Argentina.
Lo segundo es más propio de una película de ficción, aunque al parecer algunos gerifaltes de la Gestapo y del ejército nazi hicieron más o menos eso, incluso cambiando de identidad, para refugiarse en países amigos. También en España, hay casos que lo corroboran.
Pero deje que siga con el argumento inicial. ¿Cuál es la fuente que mantuvo la afirmación que titula este artículo? Ahora se lo cuento.
Saltó la noticia en una entrevista a un importante empresario argentino en EEUU por un corresponsal de la cadena norteamericana Visnews. Este dijo que Adolf Hitler había fallecido cuatro meses antes de la entrevista en Mendoza donde aún vivía Eva Braun con sus cuatro hijos adoptivos del matrimonio. La noticia se publicó en España en el ABC en 1987 en su edición del 19 de febrero con el título “Aseguran que Hitler murió en Argentina hace cuatro meses”. Menudo bombazo, nunca mejor dicho.
ABC afirmaba en su artículo que las pruebas fueron ofrecidas por Max Gregoric, empresario de la ciudad argentina de Mendoza, por el precio de 500 millones de dólares, no lo daba gratis, quería sacar tajada de esta noticia que al menos cambiaría el relato de los últimos días de Hitler en Berlín.
En esa entrevista Gregoric afirmaba que ofreció esa información, previo pago de la cantidad mencionada, a la Delegación de Asociaciones Israelíes Argentinas. Lo rechazaron indignados.
Todos los periódicos serios del mundo occidental se propusieron investigar esta noticia. Se constató que miles de jefes nazis huyeron a Argentina en 1945 durante la presidencia del General Perón para evitar ser procesados en Nuremberg. Entre ellos, según contó el ABC, el médico José Mengele – doctor nazi obsesionado con los experimentos humanos – con el nombre falso de Ricardo Bauer, y Martín Bormann – destacado líder de la Alemania nazi y secretario de Hitler – con el nombre falso de Eliezer Golstein.
El Gobierno argentino mostró interés en aclarar este asunto. Efectivamente detectaron oficiales nazis en Argentina, algunos tenían una orden de busca y captura para ser extraditados a Israel, como el Oficial de la Gestapo Walter Kutschmann, que había fallecido recientemente en un hospital de Buenos Aires, según contó Israel Viana en el ABC en un artículo en su periódico el 17 de febrero de 2023. Pero no dieron con el paradero de un nonagenario Adolf Hitler fallecido en Argentina.
Pero aún así esa teoría sigue y de vez en cuando salta como noticia o como opinión a los medios de comunicación. Porque hay lagunas sin resolver sobre este asunto. Sospechoso fue el submarino U-530 alemán capitaneado por Otto Wermuth. Tuvo a tiro de torpedo el puerto de New York. En esas aguas su comandante se enteró que la guerra había terminado en Europa. Dos meses después apareció por las cercanías de Buenos Aires para rendirse a las autoridades argentinas pero antes al parecer desembarcaron en tierra a varias personas en una lancha neumática. Incluso cuando se desclasifica información de servicios secretos o de militares hay nuevos datos y revelaciones de entonces que manifestan que Hitler huyó con Martin Bormann. Mucho se ha escrito al respecto y se seguirá haciendo, entre ellos Abel Basti lo hizo en su libro titulado “El exilio de Hitler”.
La información de Gregoric quedó en un bulo que creó muchas dudas y que exasperó a los descendientes judíos argentinos cuyos progenitores sufrieron las persecuciones nazis.
Y a todo esto ¿qué dicen los rusos? Guardaron algunos de los restos calcinados de Hitler a la salida de su bunker. Fue Putin, como nuevo presidente de Rusia, quien en el año 2000 los exhibió en una exposición pública. Se vio que el cráneo tenía un orificio de salida de una bala lo que corrobora que Hitler se pegó un tiro además de tomar cianuro. Manifestaron entonces los rusos que no hay duda de que los dientes que conservan del cráneo son de Hitler.