Nos vamos de celebración a Villarroya de la Sierra. Para que se sitúe, es un pueblecito de Aragón, muy cerca de Calatayud. Tenemos motivos. Vamos compañeros de trabajo, unos porque se prejubilan, otros porque celebramos su alegría y tantos años de experiencia laboral juntos.
¿Por qué Villarroya de la Sierra? Porque es el pueblo natal de Joaquín, nuestro anfitrión, y uno de los que emprende ese nuevo destino de la prejubilación.
¿Qué es eso que nos moviliza y nos hace ir tan lejos? En una sociedad tan falta de valores, a nosotros el valor del compañerismo en el entorno laboral cobra vida a través de extraordinarias experiencias como esta que trascienden las fronteras del trabajo. Con la reunión de todos nosotros fortalecemos nuestros lazos de amistad y de colaboración. Con este encuentro compartimos una experiencia inolvidable. Ya sabemos que volveremos el año que viene a seguir descubriendo rincones de esta población, a disfrutar de nuestro compañerismo inquebrantable.
La visita a esta población se inició caminando por sus calles, por la plaza del Ayuntamiento, por la avenida Virgen de la Sierra, pasando después por el arco ojival de una de las cinco puertas de tuvo su muralla que daba entrada o salida a la población. Extramuros, las ruinas de un castillo y la Torre del Rey (s. XIII) totalmente restaurada da pie a imaginar la importancia de esta fortaleza. También hubo un torreón de la Reina, que aquí no se privan de nada.
Nos esperaban en la Bodega Virgen de la Sierra. Mario, su sumiller, nos muestra donde elaboran los vinos y nos cuenta su secreto para que sean exportados por medio mundo teniendo clientes por Europa, EEUU, Canadá, … Después de una cata de sus vinos nos cautiva su aroma y su sabor. Algunos ya están en casa en nuestra bodega particular, como el blanco Albada (macabeo 2023) o el tinto Cruz de Piedra (garnacha 2021, edición especial). En este ambiente de camaradería, los lazos de amistad se entrelazaron con el deleite de descubrir los secretos vinícolas de la región.
Poco más tarde, recogíamos de la Panadería López, S.A. el plato principal de la comida de ese día no sin antes probar sus típicos hojaldres recién hechos, famosos en la comarca. Nos llevaríamos a casa un buen surtido. En su horno de leña asaron un cordero de esos que se recuerdan toda la vida por su sabor. Este festín gastronómico lo disfrutamos en la finca de Joaquín, muy cerca del pueblo. Este momento no sólo fue para disfrutar de la buena comida, sino también para rememorar anécdotas que resaltan el gran trabajo en equipo que hemos compartido a lo largo de los años.
Esta convivencia demuestra cómo el compañerismo puede ir más allá del ámbito laboral, fortaleciendo la amistad y creando recuerdos inolvidables. La colaboración y el apoyo mutuo entre compañeros se convierten en pilares fundamentales para construir relaciones sólidas que perduran en el tiempo.