Al fin han conseguido crear una sociedad domada, sumisa y muda.
Una sociedad insulsa, perdida, abatida, confundida, resignada y entregada.
Los políticos ya campan por sus respetos, atreviéndose a producir todo tipo de desmanes, de abusos, de tropelías y traiciones, a sabiendas que en la calle hay varias generaciones sin esperanza.
Los menores de treinta años ni se plantean tener una vivienda en propiedad por considerarla una utopía. Los jóvenes empiezan a plantearse la posibilidad de compartir piso con varias parejas resucitando la cultura de la comuna.
Encontrar trabajo de mileurista y pagar mil euros por un alquiler supone una manifiesta imposibilidad de vida.
Nada, no tienen presente y el futuro es entrar en un túnel tenebroso donde no existe salida.
Ni defensores del pueblo, ni políticos, ni sindicatos, ni tejido empresarial, ni comercial… Nada. Ningún asidero, ninguna esperanza.
Y en la calle ruido, mucho ruido… Sánchez dando tumbos después de haber perdido una mínima estabilidad. Feijoo con su insufrible sonrisa de pelikano que ni siente ni padece.
Los comunistas en desbandada con pollos sin cabeza compitiendo a ver quién dice la chorrada más grande.
Los nacionalistas atiborrados a conseguir el capital necesario para seguir disfrutando de sus privilegios.
La corona preocupada por los desórdenes sexuales del eméritos y sus escarceos con señoritas, vedetes y vicetiples.
Los bancos con la mayoría de los ciudadanos hipotecados llenan sus arcas sin el menor esfuerzo.
VOX dando pasaporte a troche y moche a sus díscolos señoritos tratando de salvar el pellejo de Abascal.
La vice guay y pamplinosa atrapada en su crónica cagueta mental…
Y el globo patrio no estallará por mucho que lo inflen, porque el globo patrio tiene más agujeros que un colador y soplar a través de un colador es el ejercicio más extendido en esta sociedad de cantarinas cigarras
Y este que suscribe con ya casi todo hecho en la vida, preocupadísimo con el futuro de mis nietos que empiezan a licenciarse en carreras donde el destino final es un mercado laboral absolutamente colapsado e inestabilidad como medio de vida.
Y por si fuera poco parió la abuela ocho millones de inmigrantes que reclaman trabajo, vivienda, sanidad, educación, asuntos sociales y retribuciones dignas.
Y mientras tanto la sociedad permanece dormida, domada, resignada, abducida, desinflada y desencantada.
Es tiempo de iglesias y de religiones. Es tiempo de homilías y sermones. Es tiempo de retiros espirituales y recogerse en uno mismo como una ensaimada.
¿Negativismo? No, el más crudo realismo sufrida por una sociedad con encefalograma plano.