Casa Mediterráneo apoyará la tramitación correspondiente para que los manuscritos del Pacto de Tudmir o Tratado de Orihuela y de la ‘Wizara Isamiyya’ sean incluidos en el Registro Internacional de la Memoria del Mundo como reconocimiento a su singular importancia documental.
La propuesta ha sido formulada por el doctor Juan José Sánchez Balaguer durante su conferencia “El legado andalusí en Orihuela”, dentro del Festival Intercultural Hispanoárabe Mediterráneo, organizado por el CIHAR, y en cuyo acto inaugural han participado, junto al director de Casa Mediterráneo, Andrés Perelló, el embajador de Palestina Husni Abdel Wahed, la directora adjunta de Casa Árabe Cristina Juarranz y el presidente del Círculo Intercultural Hispanoárabe, Abdo Tounsi.
El CIHAR también apoyará la propuesta en favor de los citados manuscritos. El Programa Memoria del Mundo fue puesto en marcha por la UNESCO en 1992 para incrementar la conciencia sobre la importancia y fragilidad del patrimonio documental mundial, asegurar su conservación y lograr su accesibilidad universal y permanente.
La manifestación más visible de este programa es el mantenimiento del Registro Internacional de la Memoria del Mundo, un listado que reconoce aquellos documentos, colecciones o fondos documentales que se consideran de mayor relevancia y significación para la Humanidad y cuya pérdida sería irreparable, por lo que deben ser conservados para las generaciones venideras.
A juicio de Sánchez Balaguer, el manuscrito árabe nº 520 sobre la ‘Wizara Isamiyya’, que se conserva en la Real Biblioteca del Monasterio de El Escorial, reúne méritos suficientes para aspirar a que sea incluido en dicho Registro. Y lo mismo ocurre con el primer texto del Pacto de Tudmir o Tratado de Orihuela que se recoge en el Bugiat al-mutamis de Ahmad al-Dabbí, igualmente conservado en la Biblioteca de El Escorial.
El codirector de la Cátedra Iberoamericana ‘Alejandro Roemmers’ de Industrias Culturales y Creativas (UMH) planteó también durante su intervención otras dos propuestas de interés: creación de un Seminario permanente para la traducción y el estudio del Pacto de Tudmir y la Wizara Isamiyya de Orihuela y su influencia en ambas orillas del Mediterráneo; y promoción de una Ruta de las Norias y los Palmerales del Sureste de España y Norte de África.
La Wizara
La Wizara Isamiyya se sitúa en los remotos orígenes literarios documentados de Orihuela. El profesor Emilio Molina la ubica tres meses después de la toma del poder en el reino de Murcia por Zayyan b. Mardanis, en la primavera de 1239, con la proclamación de Abu Ya’far b. Isan como ‘raís’ de Orihuela, y la creación de su ‘Consejo de Ministros’, lo que supuso una reafirmación político-ideológica pro hudí y pro abbasí frente a la política de reconocimiento de los hafsíes tunecinos promovida por Zayyan b. Mardanis.
Durante casi treinta años Orihuela se convirtió en el destino político e intelectual de los personajes más relevantes del siglo XII andalusí. A ella acudieron, procedentes de las distintas áreas peninsulares, un elevado número de personalidades; algunos por razones de seguridad política o personal, otros por razones de mejora social o simplemente afinidad ideológica o amistad; en su mayoría, funcionarios públicos al servicio de la administración del estado, secretarios, hombres de letras, intelectuales y poetas a quienes cupo el honor de convertir esta ciudad levantina en uno de los centros culturales más prestigiosos de al-Andalus, en el siglo XIII.
Fue un periodo en el que se concentró en Orihuela un grupo de intelectuales unidos por sus afinidades ideológico-literarias, amparado en un Gobierno independiente de Murcia que, liderado por Abû Ya´far, mantuvo su autonomía – bajo protectorado castellano- hasta la muerte de éste, ocurrida en 1249. En esta pequeña corte oriolana florecieron las artes y las letras. Abúlhasán, el hijo de Abû Ya’far b. Isam, no supo mantener este status autonómico que desapareció en 1264. El Pacto
El Pacto de Tudmir
Tratado, en virtud del cual se sometió a los musulmanes la provincia visigoda, puede considerarse tránsito de la época antigua a la Edad Media y constituye un acontecimiento histórico que ha dejado una herencia cultural con evidencias materiales.
Según Vilar, es el único que nos ha llegado completo de cuantos fueron suscritos en la Península Ibérica durante la conquista árabe. El Tratado de capitulación comprende dos puntos principales. Por una parte, respecto al estatuto personal de los cristianos, se les garantiza la vida, libertad, propiedades, práctica de la religión, usos y costumbres. Por otro lado, se reglamenta el régimen político administrativo de las colectividades capituladas, a las que se reconoce en su conjunto personalidad jurídica propia, sin otras limitaciones que la entrega a los musulmanes de los siete lugares fuertes del territorio, en donde parece que fueron instaladas pequeñas guarniciones compatibles con el normal funcionamiento de las comunidades cristianas de dichas poblaciones.
De acuerdo con el Pacto, Teodomiro y los suyos se comprometen a no prestar socorro a los enemigos de la autoridad islámica, así como a satisfacer la acostumbrada “capitación” o impuesto personal, proporcional a las posibilidades de cada individuo.
En concreto, los siervos habían de pagar un impuesto equivalente a la mitad del señalado a los hombres libres. Sobre los propietarios recaía además el jarach o imposición sobre la tierra, que oscilaba alrededor del veinte por ciento del producto obtenido. La “capitación” no la pagaban quienes abrazaran el Islam; sin embargo, el jarach obligaba a todos. En esencia, el acuerdo estableció que los visigodos podían mantener el control y continuar practicando su fe cristiana, pero solo si pagaban los impuestos y no colaboraban con los enemigos de los musulmanes. El tratado de capitulación concertado en Orihuela por Teodomiro con ‘Abd al ‘Aziz ibn Musa, en virtud del cual se sometió a los musulmanes la antigua provincia visigoda de Aurariola, es único en su género.
La importancia de este texto para la historia de España reside en que es el único conservado de unas capitulaciones firmadas durante la dominación islámica. Visto retrospectivamente, el Pacto de Teodomiro debe ser considerado como de gran importancia, debido a sus implicancias culturales, religiosas y sociológicas. Es un verdadero ejemplo de diplomacia y entendimiento