Su origen lo encontramos en una alquería musulmana. Tras la reconquista de esta población por el rey Jaime I en el siglo XIII, fue adquirida en propiedad por el almirante Bernat de Sarriá en 1290.
Callosa d´Ensarriá es una población de la comarca de la Marina Baja al norte de la provincia de Alicante, con 7.633 habitantes (INE 2022). Su economía está basada principalmente en el turismo y la agricultura.
Esta población es mucho más que las famosas Fuentes del Algar. Ahora le cuento visitando sus calles más emblemáticas, el museo etnológico con exposiciones de oficios y usos locales, el lavadero público, la iglesia arciprestal, … Lo hacemos invitados por el Ayuntamiento de Callosa d´ Ensarriá el pasado sábado 6 de abril y organizado por el Asociación Alicantina de Periodistas y Escritores de Turismo (AAPET). Antes de realizar la visita nos recibe Andrés Molina, el alcalde, en el salón de actos de la Casa de la Cultura, junto con Irma Seguí, Técnica de Turismo, quien nos introducen en lo que vamos a ver y pormenores de la historia de esta población.
Su casco antiguo conserva una estructura medieval. Aún podemos atravesar una de las puertas de las murallas, el Portal. La construcción de las principales murallas cristianas en el siglo XIV coincidió con el reinado de Pedro IV de Aragón. La muralla, declarada en 2005 Bien de Interés Cultural, arrancaba desde el castillo con dirección oeste. En la intersección entre las calles San Antonio y Sellesos, existía la llamada Puerta de Bolulla. La muralla continuaba por la Costera del Rubio con dirección sur, donde se encuentra la Puerta occidental, el Portal citado, en la confluencia de las calles Mayor y el Poador, que aún se conserva, después de varias restauraciones, incluida en otras construcciones. Estas Puertas servían como control de aduanas para el tránsito de personas y mercancías. El perímetro de la muralla recogía un área de 3,1 ha., nada menos.
Por la calle San Vicente y por la calle Mayor es por donde estaban las viviendas de los nobles, edificios de gran porte de planta baja y piso, con jardín o huerta en su interior gracias a una acequia que pasaba por su finca y de la que hoy destacan por las trampillas de hierro situadas en algunos tramos de la acera de la calle. Muchas de las esquinas tienen pequeños santuarios, algunos con tejadillo, otros con una hornacina cerrada con puerta de cristal, donde se refugia el santo que da nombre a la calle, del que se tiene gran devoción, como el de San José, o el más lujoso de San Vicente Ferrer.
Recorriendo estas dos calles salimos al Poador o lavadero público, de grandes dimensiones, construido en 1786, era donde las mujeres lavaban la ropa. Tiene 12 caños, y el grifo principal está situado en medio. Cerca de estos destacan los bancos agujereados con el tamaño de las bases de los cántaros. Clasificaban la ropa en limpia, sucia, y ropa de enfermos, siendo esta última la más cercana del desagüe para no contaminar a las anteriores. ¿Aprensión u organización? De su grifo principal también cargaban cántaros para llevar agua a casa. Actualmente no tiene cubierta, una gran tormenta terminó con ella, sin desgracias personales. Su derrumbe ocurrió de madrugada. Este es lugar de acontecimientos sociales y culturales con presentaciones de libros o festejos populares, que ahora se va a ampliar con una reforma con fondos europeos ganando terreno a un huerto cercano para hacer de esta una zona cultural más amplia.
La visita nos traslada a la iglesia arciprestal de San Juan Bautista pasando antes por callejuelas estrechas que nos llevan al gran templo de esta población. La iglesia es del siglo XVI. Llama la atención la impresionante portada clásica con grandes columnas de capiteles jónicos. En su interior, de una nave elegante en muros y techo, destaca el órgano, del siglo XVIII. Se hacen conciertos para escuchar la maravilla de las melodías que salen de sus teclas.
La patrona de Callosa es la Virgen de las Injurias. Esta iglesia guarda una reproducción al ser quemada la original por milicianos republicanos durante la guerra civil española. Sólo se conserva un ramillete metálico que actualmente lleva la virgen en su mano derecha. Hay otra reproducción, un poco más grande, que se guarda en su Capilla en la plaza del Convento, que es la que se saca a la calle en las procesiones.
En esta plaza hay un gran mural que narra los cuatro días de Fiesta de Moros y Cristianos. La iglesia arciprestal ha recibido varias restauraciones en las que participa el pueblo como cuando se dispuso la reforma de las tejas de la iglesia solicitando a la ciudadanía “apadrinar” una teja para contribuir con 5 euros en su restauración. Fue una iniciativa de éxito, no quedó teja sin padrino, cada uno sabe cuál es la suya porque tiene su número y ubicación detallada.
Visitamos también las Fuentes del Algar que, con las plantaciones de nísperos, es lo que da fama en el mundo a Callosa d´Ensarriá.
El surgimiento de las Fuentes del Algar no es un misterio, tiene su explicación. Estas fuentes están formadas por un conjunto de surgencias de agua que emanan principalmente en la garganta de l´Estret de Sacos, donde confluyen las grandes sierras calizas de Ferrer y Bernia.
Teniendo en cuenta que las lluvias son escasas en esta zona, salvo las torrenciales, contundentes y cortas, en contados periodos de tiempo, el origen de estas fuentes está bajo tierra.
La roca calcárea del subsuelo se disuelve poco a poco por efecto del agua, originando los sistemas kársticos propios de esta provincia. El paso del agua bajo tierra ha ido disolviendo la roca durante miles de años, creando canalizaciones y acuíferos que son capaces de almacenar agua como una esponja favorecidos por una capa impermeable de margas situadas en la parte inferior que impide su infiltración.
El gran acuífero Carrascal-Ferrer tiene aquí una de sus principales salidas naturales. Cuando las lluvias hacen subir el nivel del agua subterránea, se genera las surgencias que dan lugar a las Fuentes del Algar. Esta agua de manantial, junto la que recoge la pequeña cuenca hidrográfica a través de cárcavas y barrancos, forman el río Algar, que desemboca en el mar por Altea, a tan sólo unos 9 lms de aquí.
Tradicionalmente se ha destinado su agua a agricultura de Callosa d´Ensarriá, aunque actualmente se bombea una parte al embalse de Guadalest para abastecer a los núcleos costeros. Por eso, los años de sequía es necesario activar el bombeo desde otros acuíferos para poder satisfacer las necesidades agrícolas y turísticas del municipio.
No me olvido de los nísperos, protagonista de estas tierras por su fruto y por el mar de invernaderos que cubren sus árboles para acelerar y producir varias cosechas. Originario de china, llegó a Europa previsiblemente en uno de los viajes de intercambios comerciales de antaño. Lo introdujo en España Juan Bautista Berenguer, botánico de Callosa, a principios del siglo XIX. Actualmente, hay otras variantes como las que se trajeron de Argelia. Esta población acapara el 70 % de la producción en España.