Al ocaso, con un precioso atardecer rojizo que amenaza viento al día siguiente, tuvo lugar ayer en el puerto de Alicante un arriado solemne en la cubierta de la fragata Blas de Lezo, uno de los buques más modernos de la Armada española.
El Arriado de la Bandera constituye un acto diario en todas las unidades militares en el mar y en tierra a la finalización de la jornada, y que va seguido del toque de Oración tradicional en las unidades de la Armada. La bandera española, roja y gualda, fue instaurada por el rey Carlos III en 1785 para sus buques de la Armada y elegida Bandera Nacional en 1843. Al arriar la Bandera se le rinden honores con la interpretación del Himno Nacional, que tiene su origen en la Marcha Granadera, declarada Marcha de Honor por Carlos III.
El Capitán de Navío Jesús Viñas Barciela, Comandante Jefe de la 31ª Escuadrilla de Superficie, encabezó acto tan solemne y emocionante. En el brindis que hubo después en palabras de Joaquín Vegara – Capitán de Navío y Comandante Naval de Alicante – se tuvo un recuerdo a los afectados por la dana en diferentes partes de la geografía española.
La fragata F-103 “Blas de Lezo”, perteneciente a la 31ª Escuadrilla de Escoltas, recibe su nombre como homenaje a uno de los marinos españoles más ilustres que ha dado la historia.
Es la tercera fragata de la clase “Álvaro de Bazán” y tiene su base en el Arsenal Militar de Ferrol. Está considerada como una de las fragatas antiaéreas más capaces y avanzadas del mundo; preparada para operar en escenarios demandantes.
Desde el punto de vista de sus capacidades militares, las fragatas de la clase “Alvaro de Bazán” (F-100), son, sin lugar a dudas, unos de los mejores escoltas del mundo. Hay muchas fragatas multipropósito, aunque estas destacan debido a su capacidad antiaérea y como buque de mando. Su role como escolta moderna está ampliamente cubierto, siendo su capacidad antiaérea la que guio su construcción y diseño.
El Sistema de Combate AEGIS, junto con el radar multifunción SPY 1-D asociado, le proporciona una gran capacidad de detección, incluso en zonas difíciles como aguas costeras, así como la potencia de fuego, necesarias para combatirlas. Hay que reseñar además que es la primera vez que este tipo de radar se instala en una fragata, habiendo sido únicamente instalado anteriormente en cruceros o destructores.
Esta clase de buques tienen la capacidad de llevar un helicóptero embarcado, el LAMPS MK-II, dotado de modernos sensores y armas que permiten la detección y, en su caso, el ataque a buques de superficie y submarinos por fuera del alcance de los sensores del buque.
El lema del buque «Ornatus mei arma sunt requies mea pugnare»: «Mis arreos son las armas, mi descanso la pelea».