El comportamiento natural del Género Humano apenas ha variado en su componente animal, no así las formas, mucho más amables y educadas.
Han cambiado los ritos, las litúrgicas, la escenografía, las maneras, pero no el fondo ni las ideas.
Es verdad que se han mantenido inalterables la ambición, las bajas pasiones, la ruindad y la soberbia.
Y dicho esto, me tomo el atrevimiento de hablar de algo de lo que tengo poca formación y para no confundir aparentando lo que no soy, me apoyaré en La Biblia y en El Corán, ambos pilares de religiones abrahámicas de inmensa implantación universal.
Y lo hago para convencerme de que la avaricia, el desmedido afán de poder y la congénita soberbia, hicieron que Adán y Eva se enfrentasen a su propio Creador a fin de disputarle la hegemonía terrenal, no celestial, dando paso a su descomunal, innata y congénita soberbia.
Tómese el amigo lector lo que escribo a continuación con la benevolencia necesaria, por mi «infantil» recreación bíblica aprendida en aquel pequeño libro de pastas duras a todo color que fue La Historia Sagrada.
Supongo, que aquella primera pareja de hecho, no desposada ni por la Iglesia, ni por lo civil, fuera creada por el Creador, sabiendo que su ópera prima, el recién creado Género Humano venía con serias deficiencias de serie…
Y es que Adán y Eva Reyes de la Creación, dejaban mucho que desear por sus manifiestas carencias de toda índole.
Personalmente prefiero a Romeo y Julieta o a los Amantes de Teruel e incluso a Calixto y Melibea
De momento el Creador no ha enviado su obra a talleres para hacerle una intensa y concienzuda puesta a punto.
Es por ello que me cuestiono tímidamente aquello de «Creados a su imagen y semejanza».
Adán y Eva, luego de ser vencidos por el Creador, fueron castigados «por toda» la eternidad, algo que les llevó a contarlo a sus hijos, nietos y bisnietos, y así hasta llegar a los «autores literarios» de La Biblia y El Corán…
Y así fue como sucedió, según versión libre.
«Sexto día de la Creación.- (Génesis 1:24-31)
Dios creó todas las criaturas que viven en tierra firme…
Esto incluye a todos los relacionados en los días anteriores a la Creación del Hombre donde se esmeró para acondicionar este mundo para la supervivencia del Hombre…»
«Dios declaró buena esta obra, y se complació por ello…»
Dios tomó consejo de sí mismo y entonces se dijo: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y conforme a nuestra semejanza.» Génesis 1.
Y siguieron los enfrentamientos por el poder hasta llegar a Caín y Abel, donde uno destruyó al otro, cuando lo lógico hubiera sido consensuar hasta el establecimiento de pactos…
Llegados a este momento, las luchas, las guerras, las intrigas, los enfrentamientos, las reyertas, las escaramuzas y demás tanganas, fueron consecuencia de la ambición, el poder, la riqueza y los extensos territorios más propios de terratenientes que de ninis vivalavirgen. Porque otra cosa tal vez no fueran pero holgazanes, perezosos y haraganes fueron un rato…
Y para conseguir la riqueza a pesar del pecado original fueron imprescindibles los uniformes, hábitos, símbolos, deidades, sotanas, chilabas, coronas, báculos, mitras, casullas, capas, guerreras, ideologías, doctrinas, espadas, concilios, asambleas, juntas de administración, congresos y concilios…
Y es que la riqueza y el poder es el perfecto matrimonio capaz de engendrar codicias, pasiones y soberbias…
Por todo ello me niego a ser cómplice de los ricos, ya sean capitalistas, comunistas, papas, popes, sumos sacerdotes, imanes, banqueros, grandes lamas o el emperador más excelso de la Tierra…
Mientras tanto, sigan hablándome, predicándome, sermoneándome, arrullándome con sus historias de ciencia ficción, con sus cuentos infantiles, con leyendas y relatos de dibujos animados con serpientes que hablan y ángeles voladores al estilo del apuesto Supermán o del enmascarado Hombre Araña.
Y es que, digan lo que digan, en estos días del tórrido verano la lectura del Libro de Historia Sagrada me ha producida una gratificante ternura y unos evocadores recuerdos. Y entre la Historia Sagrada y un programa político, prefiero mil veces la Historia Sagrada. Es mucho más real, rigurosa, sería, creíble, amable, moderna, avanzada…