Sara Aagesen, vicepresidenta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), ha visitado las obras de recuperación ambiental en los conjuntos mineros abandonados de El Descargador I y II y la fase I de Brunita (Cartagena y La Unión), cuyo presupuesto de ejecución alcanza los 40,4 millones de euros para actuar en cerca de 65 hectáreas de superficie degradada de la Sierra Minera durante los próximos 18 meses.
Estas actuaciones, ejecutadas a través de la Dirección General de Biodiversidad, Bosques y Desertificación del MITECO, se suman a la ya iniciada en El Llano del Beal (Cartagena) y se incluyen dentro del Marco de Actuaciones Prioritarias para Recuperar el Mar Menor (MAPMM), dotado con 675,05 millones.
El ministerio ha comenzado con las actuaciones de restauración de emplazamientos mineros peligrosos abandonados y de restauración hidrológico-forestal de zonas afectadas por la minería en la zona de influencia del Mar Menor, previstas en el MAPMM. La inversión global prevista alcanza los 110,8 millones, destinados a la recuperación de casi 700 hectáreas en la Sierra Minera.
“Es increíble la magnitud de este proyecto, que llevaba más de tres décadas esperando que se tomasen acciones. Nosotros hemos trabajado con muchísima dedicación para conseguirlo. Hoy hablamos de dos emplazamientos nuevos –El Descargador I y II, y Brunita–, que son especialmente emblemáticos en Sierra Minera. Se suman al Llano del Beal, donde ya se iniciaron las obras en noviembre del año pasado. La inversión total prevista del Marco es de 675 millones, de los cuales 110 millones son para la descontaminación y restauración de todo este espacio minero que quedó con un pasivo ambiental del que nadie se responsabilizó en el pasado y que nosotros creemos que es fundamental. Vamos a seguir trabajando con el mayor rigor y celeridad, y contando con los alcaldes de la zona, con la voz de los científicos, de los ciudadanos y de todo el patrimonio económico y social”, ha asegurado la vicepresidenta del Gobierno en una atención a medios.
Las actuaciones incluidas en el MAPMM fueron declaradas de interés general por el Gobierno de España en noviembre de 2021 para poder actuar en materias que son competencia de otra administración. Parte de ellas han sido incluidas para ser financiadas a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR).
En las cuencas mineras de Cartagena y La Unión, en su vertiente al Mar Menor, existen casi 60 instalaciones abandonadas y suelos contaminados que suponen un riesgo para la población del entorno, además de provocar arrastres de metales pesados contaminantes hacia la laguna.
Estas actuaciones de remediación responden a los criterios del MAPMM de actuar en origen evitando la contaminación de los suelos y del acuífero, al tiempo que se limitan las escorrentías superficiales de residuos mineros peligrosos que llegan a la laguna y que deterioran su estado, mediante el sellado de pozos y balsas y la recuperación de suelos a través de la fitorremediación.
Estos proyectos son complementarios a la restauración hidrológico-forestal de 432,23 hectáreas que también contempla el Marco de Actuaciones Prioritarias para el Mar Menor y a la intervención sobre las ramblas mineras que lleva a cabo la Confederación Hidrográfica del Segura.
Junto a las intervenciones del Llano del Beal, Brunita y El Descargador, ya ejecutándose, el MITECO sigue ajustando a los preceptos de la Declaración de Impacto Ambiental los proyectos finales del resto de los otros seis conjuntos contemplados en la Sierra Minera.
Este conjunto de acciones está diseñado para lograr su perfecto encaje con la renaturalización de 215 hectáreas que realiza la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), cuya fase I prácticamente ha finalizado en 32 kilómetros de las ramblas mineras de La Carrasquilla, Barranco de Ponce, Las Matildes y del Beal, y con las 510 hectáreas de renaturalización del Cinturón Verde. De este modo, se crean unos corredores verdes que dotan de conectividad a toda la red de drenaje de la zona y servirán para detener la erosión y retener los aportes de sólidos a través de los cauces.
Además, a medio plazo, todas esas intervenciones permitirán conformar superficies forestales como hábitats naturales a disposición de los ecosistemas de cuenca vertiente y una mejor y más adecuada gestión de posibles avenidas e inundaciones en época de fuertes lluvias.
