El Institut Valencià de Cultura (IVC), dependiente de la Conselleria de Educación, Cultura, Universidades y Empleo, presenta en el Teatro Rialto de València el espectáculo de danza contemporánea ‘El Oso’ de la compañía alicantina Marroch. La obra, que se podrá ver del 30 de enero al 2 de febrero, ofrece una exploración visceral y emotiva sobre el complejo fenómeno de la ansiedad.
Bajo la dirección escénica de Salvador Rocher y Melodía García, y con una coreografía creada en colaboración con las intérpretes, ‘El Oso’ lleva a escena un relato físico y emocional sobre los conflictos internos y las luchas psicológicas de quienes enfrentan este trastorno.
El elenco de bailarinas, compuesto por Wilma Puentes, Sonia Garcia, Marina Melero, María Palazón y Ana Lola Cosín, da vida a la tensión y resistencia del cuerpo frente a una fuerza invisible que asfixia, pero contra la cual también se combate, se negocia y se aprende a convivir.
Una puesta en escena inmersiva y simbólica
La escenografía, diseñada por Luis Crespo, sumerge al espectador en un espacio con paredes rosas, simbolizando la dualidad entre calma y opresión, un refugio que puede convertirse en una trampa mental. La iluminación, a cargo de Manolo Ramírez, refuerza el impacto emocional del montaje, reflejando los vaivenes de la ansiedad con cambios de luz intermitentes y dramáticos.
Por su parte, la música de Luis Martínez amplifica la sensación de claustrofobia y descontrol, con una composición minimalista que envuelve la obra en una atmósfera sonora envolvente y emocionalmente intensa.
Danza como catarsis y visibilización de la ansiedad
La compañía Marroch concibe ‘El Oso’ como una herramienta de visibilización y sanación. Según sus directores:
«En esta obra, la danza se convierte en un lenguaje que permite expresar lo inefable de la ansiedad, ofreciendo una catarsis tanto a los intérpretes como al público. Buscamos que el espectador se vea reflejado y comprenda mejor este fenómeno, tan presente en nuestra sociedad.”
‘El Oso’ no solo aborda la ansiedad desde una perspectiva artística, sino que también invita a la reflexión colectiva sobre cómo enfrentamos este problema en nuestra vida cotidiana.