Después de más de tres años de intensos trabajos, Patrimonio Nacional da por finalizada la intervención arquitectónica de emergencia en la Casa del Labrador. Las condiciones del terreno donde está construido el palacete, a orillas del Tajo, estaban agravando las patologías estructurales que se habían manifestado hace años. Esto requirió poner en marcha un complejo proyecto para reforzar la cimentación y reparar los elementos estructurales y cerramientos dañados. Se ha completado la estabilización y la restauración arquitectónica del inmueble, que, además, ha recuperado su fachada original.
La intervención ha contado con un presupuesto de 7,3 millones de euros y ha requerido “tecnología especializada”, según ha explicado el director de Inmuebles y Medio Natural de Patrimonio Nacional, Luis Pérez de Prada. “Para reforzar la cimentación del edificio se han colocado más de 500 micropilotes de hormigón armado en todo el perímetro y muros de carga interiores”. Además, las actuaciones incluyeron refuerzos de los elementos estructurales dañados: en los forjados, cosido de grietas y reparación de paramentos.
La obra se ha completado con la renovación de las cubiertas de pizarra y las terrazas de plomo, donde se ha incorporado aislamiento térmico para atenuar la variación de temperatura en el interior de la edificación, que afecta negativamente a textiles, maderas y cuadros. Durante todo este tiempo las actuaciones han estado controladas mediante un sistema de monitorización con seguimiento remoto en tiempo real. Quien lo desee podrá conocer el proceso de la obra durante los próximos fines de semana, los días 23-24 de noviembre, 30-1 de diciembre, 7- 8 y 14-15 de diciembre, con cinco pases diarios cada media hora desde las 11:00 h hasta las 13:30h, a través de un vídeo que se proyectará en una de las salas de la planta baja de la propia Casa del Labrador.
La fachada que pintó Brambilla
La intervención arquitectónica de Patrimonio Nacional ha permitido recuperar la fachada original de la Casa del Labrador. Un cuadro de Fernando Brambilla del siglo XIX que se exhibe actualmente en la Galería de las Colecciones Reales ha servido como guía para devolver al palacete un aspecto similar al que tenía originalmente. “Hemos llevado a cabo una intensa labor de documentación y estudio para asegurarnos de devolver a la Casa del Labrador el aspecto más similar al que lucía originalmente”, explica Pérez de Prada.
El color del revoco, similar al del Obelisco del Dos de Mayo de Madrid, obra del mismo arquitecto, Isidro Velázquez, es el cambio más visible del exterior del inmueble, que ya luce los elementos ornamentales habituales tanto en las hornacinas como en la verja de las terrazas. Los bustos y estatuas originales que adornaban la fachada se exhibirán en la futura sala de Felipe II del Palacio Real de Aranjuez, que se están restaurando y se incluirán en la visita turística gracias a los fondos Next Generation.
Reapertura en otoño de 2025
De forma paralela a la intervención arquitectónica, Patrimonio Nacional está trabajando en el interior de la Casa del Labrador, que se reabrirá al público en otoño de 2025. En la planta baja se están restaurando ya los telones, las pinturas al temple de paredes y techos de perspectivas arquitectónicas firmadas por Luis Japelli (1807-1808). Y en la planta alta, además de la restauración de las grietas y deterioros provocados por la propia situación del palacete, se han recuperado las pinturas originales decorativas de gusto neoclásico.
En la planta principal ha finalizado ya la restauración de la pintura mural de la Sala de Compañía. Ahora, además de las labores de limpieza, el equipo de restauración va a comenzar a trabajar en todas las decoraciones fijas del palacete: estucos, arrimaderos, cornisas o embocaduras, según explica la jefa del Servicio de Artes Decorativas, Lourdes de Luis, “elementos que en otros edificios quizá no tengan tanta importancia, pero que en este lugar son exquisitos”.