Desde que los amigos pertenecen al magnífico mundo on line, la amistad ha perdido su más alto valor para degenerar en una relación tan etérea como dar una calada a un vaporizador.
Es como la fiesta del amigo invisible o el amor a través de una cita a ciegas, donde la realidad se esconde en una pompa de jabón y el oasis en un espejismo.
Ahora la amistad se ha adulterado de tal forma, que raro es el día que no
nos piden amistad gentes que viven a miles de kilómetros de nosotros sin tener otro objetivo que un pequeño gesto de afecto como puede ser la imagen de un corazoncito de colores.
Y es que hay amistades que son tan volátiles como efímeros son los suspiros, como sutil el vuelo del colibrí, como el destello de una estrella fugaz.
En estos tiempos todo se ha banalizado de tal forma, que a cualquiera le decimos querido o querida sin conocerlo de nada.
Para muchos la amistad es simplemente una sonrisa amable, un saludo educado, un gesto sereno, pero la realidad es que las sonrisas no garantizan felicidad, ni el gesto educado lealtad.
La amistad se ha pervertido de tal forma, que los padres dicen haber conectado al fin con sus hijos, asegurando haber llegado a superar la relación paterno filiar y naciendo la condición de amigos.
Hasta en el amor se ha pasado de ser novio a la de ser amigo con derecho a roce y en los negocios se dice aquello de amigo, amigo, pero el burro al lindero.
Y por si fuera poco, ahora la amistad se pide por Facebook y al día siguiente bloqueas o te bloquean y santas pascuas.
Los amigos virtuales saltan por los aires en el primer insulto.
Es lo que nos faltaba oír, que la amistad se confunda con todo siendo que la amistad se defina en estos tiempos, como la efímera relación entre colegas circunstanciales.
