Los historiadores ingleses siempre mostraron la necesidad de escribir sobre la guerra civil española, tal vez fascinados por la extremada virulencia con la que se emplearon ambos bandos, tal vez por el espectáculo dantesco que ofrecen siempre las guerras civiles.
He de reconocer mi tendencia a leer con más atención a los historiadores británicos que a los españoles, tal vez porque aquellos fueran más asépticos que estos, tal vez porque los españoles siempre estarán contaminados de sus apasionadas ideas y circunstancias personales y familiares.
A algunos historiadores españoles me cuesta leerlos por su tendencia a mostrar la Historia versionando, adaptando, amañando y retorciendo acontecimientos, fruto de la imaginación, del poder narrativo y analítico del autor y sobre todo, por su intencionado partidismo.
A veces los autores sacrifican el rigor por la creación literaria, produciendo disparatados y grotescos episodios, para al final conseguir historietas en lugar de Historias con argumentación y documentación en absoluto contrastadas.
Ahora todos se rasgan la vestiduras por la propensión que tienen de amañar la Historia, pervirtiendo gestas y alterando signos, cambiando victorias por derrotas y viceversa, incluso inventando hechos que nunca sucedieron.
Ahora proliferan guionistas a sueldo, entretenidos en ocultar realidades con espurias intenciones.
Los catalanes, vascos, valencianos, astures, canarios, o gallegos… pretenden adoctrinar a los más jóvenes, enseñándoles un idioma modernizado, tuneado y «enriquecido» que nada tiene que ver con aquel idioma que hablaban sus abuelos.
De un tiempo a esta parte vengo leyendo historias variopintas que están enseñando a los ciudadanos hechos que no tienen que ver con lo que dicen la documentación más rigurosa y fiable.
Todos sabemos que la historia se basa en un descubrimiento continuo del saber, encargado de estudiar la evolución del Hombre sobre la Tierra, y que analiza esa trayectoria desde variados enfoques a través de multitud de vestigios.
Aunque no sea más que por centrarnos en criterios didácticos, el historiador riguroso suele acometer el estudio de la historia a través de una parcelación del espacio y del tiempo, es decir, en un periodo perfectamente definido y de él obtener conclusiones que al final gocen de hechos contrastados.
En la actualidad la historia de España está siendo guionizada según el productor de turno.
Es la España que viaja parcelada por el mundo creando falsas embajadas mostrando una Historia que en nada se parece a la realidad.
Y para reafirmarnos en lo dicho no tenemos mejores argumentos que recordar lo que le sucede al país más poderoso del mundo, cuya Historia se reduce a poco más de dos siglos, siendo contada hasta la extenuación con episodios absolutamente literarios y cinematográficos jamás sucedidos.
El acontecimiento histórico más importante de los EEUU se resume, cuando al final el Norte, la Unión, ganó la guerra contra el Sur, beneficiándose de una población más grande y por tanto de un mayor poder industrial.
Cuando los confederados se rindieron en 1865, más de seiscientos mil soldados de ambos bandos habían perdido sus vidas, pero esto «solo» fueron daños colaterales.
Desde que los Confederados bombardearon los soldados de la Unión en Fort Sumter, South Carolina, el día 12 de Abril de 1861, hasta que la guerra terminó en la primavera de 1865, había transcurrido gran parte de la «inmensa» y «gloriosa» Historia de los EEUU de América.
Los españoles con un año menos de guerra civil aún mantenemos viva la crispación, el odio y la venganza