Siento ser tan catastrofista, pero cuando hay datos, comportamientos repetidos en el tiempo y tendencias en la gestión… tenemos una forma de trabajar asentada y clara. Las cartas están sobre la mesa y los datos no engañan, después de tres años se demuestra un hecho evidente, al señor Bragarnik no le interesa el proyecto deportivo sino la compra venta de jugadores que le reporte un beneficio personal. Este hecho absolutamente legítimo desde el punto de vista empresarial, obvia a una masa social, un sentimiento y una pasión centenaria, pero queramos o no, tiene una evidencia en la sala de mandos, un propietario que busca hacer negocio con la mínima inversión, apelando a la diosa fortuna cada temporada con una lamentable planificación y desprecio a la masa social que con tanta ilusión ha renovado la esperanza para “volver juntos” otro año más.
Tras el partido contra el Huesca, donde el entrenador tuvo que recurrir a varios jugadores del filial para coser un esquema con retales, tras un mes perdido de pretemporada, vimos lo que nos espera en el futuro, un Elche que se desgaja como equipo, un entrenador marioneta que no tiene la personalidad suficiente para expresar en rueda de prensa lo que es una realidad visible y palpable para todos, amén de la lamentable puesta en escena táctica que nos merendamos en la tarde del domingo. Con todo esto y viendo los precedentes y lo poco que le importa al señor Bragarnik hacer las cosas con normalidad (no digo bien) para tener un cierto equilibrio deportivo, no podemos más que pensar en los oscuros nubarrones que se ciernen sobre el Martínez Valero, por cierto con un césped deplorable. El año pasado subieron los que bajaron sin hacer mucho esfuerzo, el Elche compitió sin delanteros y así le fue, es como ir en un coche con tres ruedas y ese hecho demostró la teoría de que no es el proyecto deportivo sino la compra venta de jugadores lo que atrae al inversor argentino.
Como abonado me siento estafado y como seguidor indignado. A razón de 4 mil abonados menos cada temporada, el Elche se va acercando poco a poco al Hércules. Si nadie lo remedia, el Elche va en caída libre y pronto nos tocará vivir otra época oscura… ya que el máximo mandatario franjiverde (EDT) no puede ser tan necio en la gestión y pese a los evidentes errores de planificación que son obvios, puede que no esté cometiendo ninguno ya que el negocio le está saliendo redondo. El discurso de EDT no casa con la realidad que vivimos, de momento hay una clara evidencia: un equipo incompleto, un año más, que no consigue ganar partidos y un propietario que dice que quiere hacer un Elche grande pero llenándose los bolsillos sin invertir en la plantilla, creo que debemos empezar a abrir los ojos y rezar para que al menos construya pronto la anhelada ciudad deportiva y aparezca alguien con un poco de amor a los colores y pueda comprarle la criatura a este señor que nos ha engañado a todos.