Bajada de pantalones

Esta gente no ha hecho más en su vida que estudiar a fondo los recovecos, atajos y vericuetos que el singular, peculiar y variopinto sistema democrático español permite para llegar al poder y afianzarse en él, el mayor tiempo posible.

Nos han perdido tanto el respeto, tan entregados nos consideran, que ya ni se detienen a pensar en la descarada actitud que han adoptado para perpetuarse en el poder con una democracia maleable, manoseable y  moldeable.

Ellos saben, conocen, cuáles son nuestras limitaciones, nuestro Talón de Aquiles, nuestros gustos y aficiones y sobre todo, nuestra nula capacidad de reacción ante hechos de máxima trascendencia.

Somos obedientes y por tanto nos dejamos seducir por cuatro cantamañanas que saben que con 35% de los votos, incluso menos son capaces de obtener y mantenerse en el poder.

Lo hizo Podemos que se sacó de la manga la creación de 44 partidos que ellos señalaban como confluyentes, obtenidos de sus plataformas,  movimientos y círculos para en un ejercicio de prestidigitación multiplicar los escaños que tradicionalmente obtenía el Partido Comunista.

Los ciudadanos al final se dieron cuenta de la jugada y ahora andan a la gresca, pero ahora su estrategia ha calado hondo y la fórmula la emplean los nacionalistas, independentistas y separatistas para echar las redes por separado y tras la pesca llevar todo a su lonja donde los precios los ponen ellos, estableciendo un monopolio donde el que desee el poder debe comprar en su lonja de alto standing.

Nosotros, los ciudadanos de la calle hemos llegado a un estado de «ingravidez» que ni nos molestamos en respirar profundamente en busca de una bocanada de aire limpio.

Somos como amebas insensibles que  aguantamos carros y carretas hasta hacernos unos insufribles consentidores de todo lo que quieran hacernos sin oponer la menor resistencia.

Solo les falta acabar con nuestro ya escaso orgullo y con nuestra debilitada dignidad para convertirnos en rebaño.

Por querernos, nos quieren mudos, ciegos, dóciles, sin opinión, sin posibilidad de crítica, ni tan siquiera respirar sin su permiso.

Los medios de comunicación independientes se esfumaron como por arte de magia, hasta convertirse en paniaguados del poder y los nuevos subsisten a base de trapisondas, bulos, historietas e invenciones.

Este poder que se ha instalado, sí es muy preocupante. Extremadamente preocupante. Es un poder lleno de tentáculos.

Y para colmo nacieron las redes sociales y del poder de las mismas se han dado cuenta los grandes magnates, los excelsos dirigentes, los capitostes de siempre y son estos los que se han ofrecido a los grandes estados de los países más avanzados del mundo para brindarles protección a cambio de una generalizada sumisión popular.

Sólo tienen que ver cómo los políticos se dirigen a nosotros a través de Twitter o Instagram.

Hasta sus peleas, reyertas, refriegas y agarradas las hacen vía Twitter o Instagram como parte de su peculiar y burda pelea entre colegas.

Es como volver a tiempos de la oprobiosa, pero con otros censores, antes con uniformes, sables y gorras de plato  y ahora con chupas cutres, vaqueros rasgados, camisas descatalogadas a cuadros y playeras de mercadillo. Ya usan hasta sus propias marcas, por cierto, nada baratas.

De aquella bella mujer vestida con una tenue túnica insinuando sus encantos, que se cubría los ojos con un pañuelo, que portaba una balanza en una de sus manos y una espada en la otra, queda una distraída señora mirando de reojo como si nada fuera con ella.

Y ahora, para diversión del pueblo nos ofrecen una charlotada a representar en el mismísimo congreso catalán.

Una burda representación bufa del circo romano, del Bombero torero, o del Platanito en una Cataluña a la deriva donde una vez más tendremos que salvar los demás a base de quitarnos de la boca lo que ellos despilfarran.

Es la ya habitual bajada de pantalones.

Y para que nada falte en este circo Puigdemont en un magnífico ejercicio de fuguismo desaparece ante miles de personas  y cientos de policías.

Qué ridículo más espantoso…

Enrique García-Moreno Amador

Presidente del Ateneo de Ocaña

Escritor y amante de Ocaña y su historia

Tags: El Atril de Enrique García-Moreno

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Enrique García-Moreno Amador

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