Me costó trabajo llegar a entender los comportamientos de aquellos que se dicen fieles, leales y apasionados seguidores de determinadas corrientes ideológicas, hasta que un gitano amigo mío, de entre los muchos que afortunadamente tengo, me explicó el porqué de su condición de ciudadano de derechas.
No sé por qué se me metió en la cabeza que los gitanos no tenían ideología, por aquello de considerarlos libres de pensamiento, condición, espíritu y sentimiento.
Mi amigo Josete Montoya me decía:
-Caballero, no me siento obligado a justificar mi condición de ser de derechas, pero lo voy a hacer con usted para que entienda mi posición ideológica.
Simplemente le digo, que, al estar bien relacionado con gentes de posibles, generalmente de derechas, las posibilidades de obtener ayuda resultan más fáciles que si estoy entre los pobres, generalmente de izquierdas.
Po tanto, éste, que es su amigo, le interesa estar rodeado de gentes de derechas por aquello de que se me arrime algo.
Los de derechas, continuó diciendo, suelen tener bastante parné y en caso de necesitar ayuda hay más posibilidades de que te dé quién tenga, que el que carezca de casi todo.
De ahí viene el dicho gitano, «Que Dios nos ponga donde haiga, que de lo demás nos encargamos nosotros».
Le dije que el asunto tenía su guasa, pero no creía que la realidad fuese esa en toda su extensión, ya que no creía que la gente de izquierdas no tuviese donde caerse muerta y mucho menos, no ser generosa.
Mi experiencia ha sido todo lo contrario, son más solidarios, generosos, altruistas y acogedores los pobres, que los ricos.
Lo siento, pero esa es mi explicación.
Alguien dijo hace muchos años que era mucho más fácil que un camello entrase por el ojo de una aguja, que un rico en el reino de los cielos.
Lo que es harina de otro costal es la actitud de los comunistas españoles. Al tener un buen número de entrañables amigos comunistas, pronto me di cuenta que la inmensa mayoría obedecen a idénticas características.
Casi todos ellos presentan el mismo perfil, e idéntica personalidad. Ellos nunca suelen estar de acuerdo con casi nada, se contradicen a sí mismos y dicen una cosa y la contraria en el mínimo espacio de tiempo… Y eso ni es malo, ni bueno tampoco. Simplemente, son así… puramente contradictorios.
Solo tenemos cómo reaccionan ante esta furibunda, horrenda y sanguinaria acción bélica de Rusia contra Ucrania.
Los comunistas españoles son capaces de manifestarse con un rotundo NO A LA GUERRA, si ésta la protagonizan los conservadores, por el contrario, son capaces de manifestarse en favor de la PAZ EN EL MUNDO, si quien la torpedea es la derecha.
Cuando las acciones bélicas las protagonizan los que creen ser los suyos, entonces se ponen de perfil, equidistantes, o miran al cielo mientras silban tratando de disimular.
Es más, son capaces de hacer creer a los demás que la culpa de la guerra la tienen las víctimas, los muertos, los oprimidos y ocupados.
Y lo más curioso se presenta cuando defienden a sátrapas, dictadores, abusadores y asesinos, creyendo que son comunistas.
Ni Putin, ni esa pandilla de cantamañanas caribeños, ni millonarios chinos, ni coreanos, ni niñatos de barrios bien son comunistas, son otra cosa…
Ahí tenemos a nuestros variopintos, peculiares, pintureros, revolucionarcetes y meacapillas diciendo una cosa y la contraria.
En la masacre, en el genocidio y en la animalada están presente siempre la hoz y el martillo.
Eso sí, ninguno de Podemos, ERC, CUP, IU, o las cincuenta peñas comunistas más se van a disfrutar a Rusia, China, Corea, Venezuela, Cuba… Ninguno de ellos pide asilo político en esos paraísos.
Me resulta curioso observar que no hay inmigración a esos países maravillosos, que suelen ser donde hay más pobres.
Comunistas sí, pero en España. En países comunistas como Venezuela, Cuba, China, Bolivia o Corea, ahí no.
Aquí ser comunista pueden resultar un chollo, porque aquí ser comunista es muy descansado y gratificante.
Que se lo digan a los supermillonarios mandatarios comunistas.
Aquí los mandatarios comunistas cobran 15 sueldos básicos al mes y viven como potentados. Es una forma de dar ejemplo a los de derechas que cobran exactamente lo mismo. Viajan, comen, beben, viven y se homenajean lo mismo, eso sí unos exhiben la mano abierta y los otros el puño cerrado