El domingo día 7, tal y como estaba previsto, la expedición formada por Paola Ozan, Francisco Albertos, Javier Olmedo, Sergio Medina, Jonás Tecles, Elena López, Luís Adrián Serrano (Elvis) y David Serrano, más conocido por David el Rojo, partimos en autobús de línea desde la población italiana de Courmayeur hacia el Val de Veny.
Después de un trayecto de apenas media hora, empezamos a caminar a las 7:40 h, desde una cota de en torno a 1.600 m. Nos habíamos levantado ese día a las 5 h, porque el alojamiento lo teníamos a 45 m de Courmayeur, cerca de Aosta.
Hay que señalar que la ruta que nos disponíamos a realizar, es una ruta poco frecuentada, salvaje y solitaria, donde no existen remontes mecánicos, por lo que la exigencia física es alta. El material que llevábamos en nuestras mochilas oscilaba entre los 15 y 18 kg (cuerdas, piolets, bastones, arneses, crampones, saco de dormir, mosquetones, casco, frontales, comida, agua…), y demandaban un esfuerzo mayor si cabe.
Nos esperaban dos días de alpinismo en mayúsculas, para disfrutar de una ascensión al Mont Blanc, reservada solo para unos pocos. Tras caminar 4 km por el fondo del valle, llegamos a la morrena del Glaciar de Mage. Descendimos a éste y caminamos por el centro del mismo durante 5 km. Este caminar resultó algo incómodo por el depósito de piedras que había ido dejando en su avance el glaciar.
El paisaje era majestuoso, con algún que otro sobresalto por el desprendimiento de hielo y nieve desde las paredes que lo limitan. A mitad del recorrido por el glaciar ya empezamos a ver el refugio Gonella, encaramado en un espolón rocoso a 3.041 m de altitud. Cuando dejamos el glaciar y nos dispusimos a subir la parte técnicamente más difícil, nuestra aventura está a punto de convertirse en tragedia.
La compañera Paola, al atravesar un nevero, resbala y al caer no es capaz de frenarse a tiempo, deslizándose unos 20 m ladera abajo. Por suerte, unas rocas que había más abajo detienen su avance, quedando a escasos metros de un precipicio. Tras unos segundos de silencio e incertidumbre, en donde a todos se nos encogió el corazón, al grito de “¿Te encuentras bien Paola?” ésta nos levanta la mano. Todos respiramos en ese momento y después de una primera evaluación y cura de las heridas (dos bastante profundas, en brazo y rodilla, hechas con el piolet y otra, la más grave en la mano izquierda, con rotura de huesos metacarpianos), barajamos la posibilidad de llamar a emergencias. Pero ante la posibilidad de poder andar, ella misma se arma de valor y decide bajar andando acompañada de Luís Adrián y Jonás.
Imagen de la caida de Paola
El último tramo de subida al refugio resultó entretenido, con pasos de cierta dificultad en donde cadenas y escaleras situadas de forma estratégica nos sirvieron de gran ayuda. Una vez en el refugio, Mauro y su equipo nos dieron la bienvenida. Allí coincidimos con un equipo de bomberos de Villena, que habían llegado el día anterior y no habían podido salir ese día hacia el Mont Blanc por las malas condiciones meteorológicas.
Tras una reconfortante cena servida a las 19 h, nos disponemos a acostarnos con la mente puesta en la segunda etapa. Apenas descansamos unas horas porque a las 00 h servían el desayuno ya que a la 1, teníamos que salir hacia la cima. Paola esa noche la pasó en el hospital de Aosta, tras una primera valoración del equipo médico, que determinó que tenía que ser operada de la mano.
Información:
- Desnivel: 1.441 m
- Distancia: 13,6 km
- Tiempo: 8,5 h
Mañana el segundo día, no perderoslo, incluiremos vídeo del ascenso y del accidente de Paola
1 comentario. Dejar nuevo
Enhorabuena a tod@s los Caudetan@s, que apuestan por retarse en cada aventura.💪❤️