Llamamos prurito al picor que se siente en una zona determinada del cuerpo, provocando el deseo irrefrenable de rascarse constantemente.
Y es que lo de rascarse todo es cuestión de empezar para luego convertir en rascadera crónica lo que empezó siendo ocasional.
Parece que los pruritos más persistentes y molestos son los que aparecen en las partes íntimas, provocando unos picores insoportables obligando a los sufridos pacientes a detenerse en plena calle para proceder a groseros rascados públicos, absolutamente indecorosos, impúdicos y grotescos.
Esta primavera, según aseguran muchos expertos, van a reproducirse multitud de pruritos como consecuencia de la proliferación de plantas y flores favorecidas por estas tan esperadas lluvias primaverales.
Son las alergias las que durante unas semanas van a someter a los sufridos alérgicos a padecer todo tipo de reacciones, principalmente localizadas en las vías respiratorias y en la epidermis.
Alergias que dejarán en la industria farmacéutica unos ingresos de más de 200 millones de euros.
Volviendo a los pruritos, éste que suscribe, en prevención de tener que estar rascándome en la vía pública, en el cine o en el bar de la esquina y tras la consulta a un especialista amigo mío en pruritos de primavera, me ha recetado un preparado para que me lo elaboren en mi farmacia favorita que regenta una gran amiga con la siguiente fórmula magistral.
En una garrafita de 5.000 ml se ponen unas copitas de resignación cristiana, tres de escepticismo, cuatro de relativismo, cinco de independentismo ideológico, seis de tolerancia, siete de santa paciencia y ocho de pragmatismo.
Como excipiente, ron con miel hasta llenar el recipiente y anís dulce para matar el gusanillo.
Se bate todo muy bien y se toma un chupito o dos cada seis horas.
Se recomienda no hablar de política y si es posible de Pedro Sánchez. No ver debates en tele, ni telediarios, ni participar en muros conflictivos en las redes sociales.
El tratamiento lo empecé por San José y de momento no me pica casi nada.
Mi médico de cabecera y gran amigo, me ha dicho que al menor síntoma de picores en la entrepierna doble la dosis y lo haga cada tres horas. Me está yendo muy bien, pero he descubierto que el tratamiento tiene efectos secundarios, concretamente, en lo que concierne a mí, en plena administración del brebaje descrito, he notado ciertos vahídos, sí, como desequilibrios producidos por una flojera en las extremidades inferiores, una pérdida de visión, incluso con visión doble y lengua de trapo, al estilo de cierta ministra de cuyo nombre no logro acordarme.
No sé, pero este tónico medicinal me produce una sensación de cogorza, castaña o melopea profunda. No sé qué es mejor, si la rascadera o esta sensación de supina embriaguez.
Yo, como fiel paciente seguiré con mis seis chupitos cada dos horas… ¿O son ocho?