El zócalo de mampostería es uno de los mejor conservados de todos los encontrados hasta la fecha
Las obras de reurbanización del Casco Histórico han dejado al descubierto un tramo de la muralla medieval de la ciudad de Villena en la calle José Zapater, donde hace semanas se halló otra parte de esta estructura defensiva. El nuevo hallazgo es uno de los más interesantes y mejor conservados hasta la fecha, situado a la altura del número 33 y 35 de la calle, en la parte más alta de esta vía y más cercana al Castillo de la Atalaya.
Hasta el lugar, se han desplazado el alcalde, Fulgencio Cerdán; la edil de Casco Histórico, Eva García; y la concejala de Cultura, María Server, interesados en el descubrimiento y quienes han sido informados por el equipo arqueológico municipal y los responsables técnicos de la obra.
El lienzo de muralla es un zócalo de mampostería, asentado sobre una lechada de mortero de cal, sobre el que se conserva un trozo del alzado de la muralla. En este punto, el muro parece dibujar una curva al igual que el alineamiento actual de las viviendas, que en esta parte del recorrido son menos invasivas y dejan al descubierto la cimentación del muro.
La muralla de Villena fue elevada en principios del siglo XIV, en la época de Don Juan Manuel para la protección del barrio de la Villa para vincularlo directamente con el Castillo, y que dejaba fuera de su protección a El Rabal. Con el tiempo, la pérdida de la utilidad defensiva de esta construcción hizo que, paulatinamente, las viviendas y edificios civiles fueran integrando parte de sus materiales hasta hacerla desaparecer.
El alcalde de la ciudad destacó el importante valor que este tipo de hallazgos tiene para “una ciudad monumental como la nuestra, que siempre ha protegido y puesto en valor nuestro patrimonio. En estos casos, los técnicos ya tienen protocolarizado cuáles son los pasos que dar para su protección y catalogación”.
Cerdán señaló que “toda obra de mejora de las calles de este barrio siempre está condicionada a descubrimientos de este tipo, para nosotros no es una sorpresa. Sólo tenemos que saber conjugar la necesaria protección de nuestro patrimonio con el desarrollo de una reurbanización y actualización de los servicios de electricidad y de agua, tanto abastecimiento como saneamiento y pluviales, mejoren la calidad de vida del vecindario”.