Los espectáculos insulsos, aburridos, intrascendentes, pueriles, anodinos y mediocres, que ofrecen ciertos medios de comunicación en connivencia con los partidos políticos, están produciendo un hartazgo entre la ciudadanía que terminará con el desapego más absoluto a esta infrapolítica de ínfimo nivel que estamos soportando día tras día al unísono con una prensa sumisa y supeditada al poder.
La política española se ha convertido en uno de esos circos, que, teniendo las mejores instalaciones, con carpas gigantescas, varias pistas y los más sofisticados adelantos técnicos, muestran espectáculos anodinos, aburridos e insulsos.
Últimamente hemos tenido unas actuaciones circenses bajo las carpas de las cámaras, que lejos de crear buenos números, están creando una exagerada decepción entre los sufridos espectadores que somos incapaces de aguantar el bodrio al que nos someten estos lenguaraces pendejos.
Medios de Comunicación y de la Politica no pueden bajar un nivel más bajo que el que exhiben cada uno en su pista, en el peor espectáculo del mundo.
Es frecuente ver las penurias de un hemiciclo con medio graderío vacío, evidencia que de los 350 escaños sobran 250 y a veces incluso más.
Los que debieran estar sentados en sus escaños, ese es su fatigoso trabajo, se pierden en las cafeterías dando la impresión que esta pantomima les importa un bledo.
Esta gente, tras las tediosas sesiones, dejan a una parte de la ciudadanía con una sensación del más absoluto caos emocional e intelectual y lo que es peor, una preocupante sensación de ser incapaces de sacar a España de una más que cercana ruina político geográfica.
Sólo nos salvan los autónomos y las pequeñas y medianas empresas, que, gracias a su empuje, el pais se está manteniendo a flote.
En esos momentos previos a las sesiones que se celebran en las cámaras, vemos un desfile de supuestos ajetreados políticos correr entre jadeos, como si fueran alumnos de Primaria llegando tarde a su aula.
Una vez entrados en faena, los diferentes portavoces se repiten a sí mismos una y otra vez los chascarrillos, lindezas, bulos, mentiras y cotilleos que las redes sociales deslizan cada día, teniendo como fuente de información los titulares de los diferentes diarios, que sus asesores y jefes de prensa negocian para que sus señorías pongan a parir a las otras señorías para delirio de sus compañeros de bancada, que patalean, aplauden, se jalean y pegan puñetazos sobre la mesa mientras sacuden con vehemencia los micrófonos y juegan partidas de comecocos, algunos auténticos artistas. ¡Ay! ¡El homo eréctil… que no sapiens!
Estos mediocres se entregan a reyertas entre mozalbetes dedicándose twists, o mensajes de WhatsApp para quedar al almuerzo en el reservado del restaurante del hotel.
¿Qué sería de los pintorescos y “pinturescos” periodistas, tertulianos y analistas sin esta casta? ¿Cómo llenarían sus neveras si no tuvieran políticos que les escribieran sus crónicas cada mañana, sin ninguna barrera, ni más limite que el que les reporten sus pactados excesos?
A veces se producen, unos y otros, como burdos bufones, otras como gamberros irredentos, a veces se muestran horteras y ordinarios, y otras, sin venir a cuento, «se ponen a parir» para entretenimiento de pensionistas, parados, bajas laborales y discontinuos, que somos los que vemos las teles por las mañanas mientras nos tiramos para el cuerpo unas porras con chocolate.
La inmensa mayoría de los políticos no dirán ni una sola palabra durante cuatro años, ellos solo son los peones, los mozos del botijo, los que llevan los bártulos… Los maestros y los primeros espadas son los encargados de la lidia y esos son los que el salto de la rana para enardecer al personal.
No hay nada que hacer, nos han pillado, es el abuso consentido, es la casa de Tócame Roque, es descojone padre madre.
Ellos saben que tienen que aguantar improperios, porque son conscientes de no tener ni puñetera idea de Sanidad, Educación, Asuntos Sociales, Trabajo, Vivienda, Cultura, Agricultura, Comercio, mundo empresarial, Fomento… No tienen ni la más pajolera idea del coste de la vida. No tienen ni zorra idea de lo pasa en este mundo laboral donde más abuso hay, por parte de los Rottweiler que han puesto las empresas para controlar a los sufridos curritos, sea cual sea su actividad laboral. Nosotros somos sus lulús, sus caniches hoy, a los que de vez en cuando nos tiran una golosina para que movamos el rabito.
Perdón, pero yo me bajo en la próxima…