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El Greco y sus jeroglíficos

La mayoría de los pintores utilizaban estos llamados ‘jeroglíficos’ en sus pinturas para dejarnos ver ciertos temas que en los más de los casos su simbología estaba prohibida por la Iglesia o estaban mal vistos por reyes, nobleza o incluso el pueblo llano. En Toledo tuvimos la suerte de contar con ‘El Greco’ que sabía lidiar con la censura propia de la época. Nunca agradeceremos lo suficiente que al rígido y austero Felipe II no le gustaran esos desnudos que ‘El Greco’ pintaba en sus óleos o esos símbolos extraños. De esta forma pudo venir a Toledo y realizar en nuestra ciudad la mayor parte de su obra. Un artículo de Carlos Dueñas Rey.

Tuvo que andar el pintor cretense con pies de plomo en todas sus expresiones artísticas plasmadas en sus lienzos pues tenía censores que lo vigilaban muy de cerca y o bien les parecía inmoral o a veces argumentaban que no se ajustaba a la realidad Evangélica algunos detalles pictóricos, como si a la hora de pintar un cuadro hubiera que ceñirse obligatoriamente a Las Sagradas Escrituras. En nuestros días esto no tiene razón de ser, pero en los siglos XV y XVI por mucho menos se mandaba gente a la hoguera.

Nacido nuestro artista en Creta donde fue un célebre maestro iconográfico del estilo pos bizantino usual en la isla, pasaría diez años en Italia, primero en Venecia donde fue influenciado por Tiziano y Tintoretto y más tarde en Roma donde el estudio del manierismo de Miguel Ángel sería constante en su vida. Por tanto, esa mezcla de estilos de estos Titanes de la pintura cristalizaría en el ‘genio’ que por circunstancias de la vida vendría a parar a Toledo donde el pintor y la ciudad ya he comentado muchas veces que formarían una simbiosis perfecta.

Se supone que El Greco ganó dinero y vivió bien en Toledo, pero tuvo no pocos pleitos con la Iglesia y con diversas instituciones, pues a veces su pintura no era bien entendida en la cultura católica tradicional y otras veces por la tasación de sus obras.

Para evitar encontronazos inútiles sobre todo con la Iglesia, ‘El Greco’ nos dejó bastantes signos en sus pinturas que se les denominó ‘jeroglíficos’ por Cesare Ripa en 1593. No puedo enumerarlos todos porque el artículo resultaría demasiado largo, pero procuraré desglosar los más significativos que no he descubierto yo por supuesto, sino personas eruditas y estudiosas de la obra de nuestro pintor por excelencia.

San Juan Bautista, El Greco

 

Según Juan Esteban Lorente hay jeroglíficos por ‘ausencia’, de esta manera en el retablo de Santo Domingo el Antiguo, vemos como San Juan Bautista señala con su dedo hacia el suelo, pero ¿Qué señala?: la figura que falta es el jeroglífico y aquí el pintor nos hace entender la célebre frase de San Juan cuando vio acercarse a Jesús y dijo señalándolo: “Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Nos falta el Cordero.

El Expolio, por El Greco

 

En El Expolio de la Catedral de Toledo, la figura que nos falta es precisamente San Juan, pues según las Sagradas Escrituras estuvo presente en la Pasión del Señor, pero aquí el jeroglífico es el mismo Cristo pues a la hora de expirar Jesús les dice a María y a Juan: “Mujer ahí tienes a tu hijo, Hijo ahí tienes a tu madre” por tanto San Juan está representado en el mismo Jesucristo como Hijo de María. La chusma viste a Jesús con una túnica roja y corona de espinas para mofarse de Él tratándolo de Rey, luego, le es arrancada; pues en esta túnica podemos ver el indicio de lo que luego sería la casulla con la cual se reviste el sacerdote para el sacrificio de la Misa, otro símbolo representado en el cuadro.

La adoración de los pastores (El Greco)

Hay jeroglíficos por ‘exceso’ y aquí lo podemos observar en La Adoración de los Pastores, cuadro de su producción tardía y que iba a servir para su panteón familiar. Aquí ‘El Greco’ se autorretrata como un anciano y distinguimos un toro figura que representa al evangelista San Lucas, que es el único que relata el hecho de la adoración de los pastores.

Como jeroglíficos Marianos podríamos señalar como en diversos cuadros de la Inmaculada o la Anunciación en uno nos pinta una fuente significando que de la Fuente de María nacería Jesús (Fuente de la Salvación) y en otro nos ofrecería una zarza como símbolo del Antiguo Testamento: “Ardía la zarza y no se quemaba, la Virgen María doncella y preñada”. La fuente y la zarza simbolizan a María.

Narra el profeta Eliseo como a un leñador se le cae el hacha al río Jordán y para recuperarlo lanza un madero al río, milagrosamente la hoja de hierro del hacha sale a flote, (hecho narrado en el II libro de Reyes) pues bien, en El Bautismo de Cristo del Museo del Prado, vemos esta escena, el jeroglífico es Cristo representado en el madero de la Pasión; humildemente quiero entender que al hundirse el madero en el agua hace levantarse a la humanidad caída por el pecado representada en el hacha.

El Greco – The Penitent Magdalene

No hace falta explicar por qué El Greco en diversos cuadros La Magdalena siempre es representada con una rama saliendo de alguna pared, al igual que a San Pedro por haberlo negado tanto en Jerusalén como en Roma. Por tanto una ramera o un pecador siempre eran representados con una rama en la mano o en una pared.

El caballero de la mano en el pecho por El Greco

Pero lo que más nos llama la atención en los cuadros de ‘El Greco’ son las manos y por supuesto los dedos, aquí sería muy largo de explicar todos sus significados, pues unas veces son de súplica, en otros expresan el milagro de la salvación o de bendición con la mano extendida hacia el cielo, otras veces se nos antojan como de diálogo o de dejar hacer como en El Huerto de los Olivos, pero cuando más nos llaman la atención los dos dedos unidos, el corazón y el anular sobre el pecho es porque nos quieren decir: “Lo digo y lo hago de corazón”, casos de El Expolio y El Caballero de la mano en el pecho.

No puedo alargarme más, pero en cuadros como la Dama del Armiño, El Entierro del Señor de Orgaz, el Martirio de San Mauricio y otros, hay muchos más jeroglíficos curiosos que quizás den para otro artículo. Desde luego quiero decirles que, gracias a Vicente Encina, al investigar estos cuadros de ‘El Greco’ me he quedado impresionado. No cabe duda que como digo siempre, se trataba de un genio y no me cansaré de decirlo, experto en muchas materias como nos lo demuestra con los conocimientos que tenía desde luego de Las Sagradas Escrituras, pero también de todos los autores dedicados al significado de los diversos símbolos y del esoterismo que a través de los años se fueron plasmando en los distintos tratados conocidos en la época.

Una vez más les pido disculpas por lo extenso de la publicación, pero creo que ha merecido la pena y si me lo permiten habrá una segunda parte.

Carlos Dueñas Rey

Historiador de Toledo

Carlos Dueñas Rey es toledano de nacimiento, autodidacta, desde muy joven comenzó a trabajar en una farmacia cercana a la Catedral de Toledo y ahí empezó su fascinación por este templo, uno de los emblemas de la patrimonial y mágica ciudad de Toledo. Interesado por la la historia, las tradiciones leyendas y misterios que recorren la ciudad,

Tags: El Atril de Carlos Dueñas Rey

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