El Poder, corrompe. Es una afirmación contundente, ya lo sé. No es una frase mía, luego le cuento. Pero ¿qué tendrá el poder que apasiona tanto a quien lo disfruta y este pone todas las herramientas a su alcance para no perderlo? No sólo pasa esto con los dictadores, también con los que pretenden serlo, o con los que se creen que están en posesión de la verdad.
En esta reflexión me refiero al profesional de la política que alcanza el poder a través de las urnas en una democracia. Aprovechan todas sus oportunidades para apurar al máximo su liderazgo. Sin mirar atrás, caiga quien caiga. Ellos son lo único importante.
También hay otros políticos, me explico. Los que se dedican a la política por vocación, para ellos el poder es sólo un medio para conseguir el fin de la reivindicación de sus votantes, pero nunca en beneficio propio para saciar sus propios intereses. De cuántos de estos políticos echamos en falta en nuestros días … Insisto. Líderes de verdad donde prime el interés general y no el particular.
En algunos el poder es como una droga, no pueden desprenderse de él. Tampoco quieren. Y vale todo para conseguirlo. Aquí está el problema, ¿dónde está el límite a esta actitud?, ¿lo tiene? Por conseguir y mantener el poder todo es posible.
Cuando Pedro Sánchez dijo recientemente en un mitin que sacaría los votos de debajo de las piedras si hiciera falta porque son precisos para conseguir la investidura, estaba afirmando que está dispuesto a todo para seguir gobernando España. Pero ¿qué es todo? Preocupan afirmaciones como esta. ¿A qué está dispuesto a hacer para seguir gobernando desde el palacio de la Moncloa?
Asusta lo que se filtra a los medios de comunicación de cada paso que da en las negociaciones con los partidos independistas sobre temas de dudosa constitucionalidad. Ahora está encima de la mesa el tema de la amnistía. En una entrevista de hace unos días a Odon Elorza del PSOE en Onda Cero este manifestaba de su presunta inconstitucionalidad, otro crítico socialista que lo dice. Se suma a González, Guerra, Almunia, Page, … Y esto sin conocerse el supuesto texto de su ley. Algo ha filtrado el periódico EL PAÍS de su exposición de motivos en el que se dulcifica el golpe de estado realizado por los líderes del procés y se apela continuamente a la actual Constitución española, la misma a la que los partidos políticos rupturistas quieren vulnerar.
Es tremendo ver cómo la pura ambición de una persona parece que nos lleva a un abismo de consecuencias ahora impredecibles, dividendo a la opinión pública en opiniones encontradas irreconciliables. Divide y vencerás podría ser su lema. Esta frase se la adjudican al emperador romano Julio César como estrategia para derrotar a sus enemigos. Sánchez la está usando en beneficio de sus propias ambiciones.
Ya veremos en qué termina todo esto, espero que no sea tan malo de lo que parece. Pero que tenga en cuenta que sus actuales aliados lo venderían por poco para conseguir también sus objetivos particulares.
Y, por cierto, la frase del título la expresó por primera vez el historiador británico Lord Acton en 1887. En realidad, lo que dejó escrito fue que “el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”. Ya ve.