Vivimos tiempos trepidantes y cada vez más inciertos. El número de personas que abandonan sus puestos de trabajo convencionales para salir en busca de una vida diferente, con mayor propósito, o mayor tranquilidad, o más aventura o quizás simplemente, menos estrés, crece cada día.
Muchas otras personas se ven de pronto desplazadas forzosamente de sus ocupaciones habituales por causa del cierre de numerosos negocios y la progresiva desaparición de algunas profesiones que ya no son demandadas por el mercado laboral.
Aparecen nuevas formas de comercio, negocio y emprendeduría en todas partes del mundo y el regreso a lo natural, lo tradicional y lo rural es tendencia.
En este marco de cambio y transformación otro de los temas que cada vez se escucha más sonando en la atmósfera social es el tema de Dios. La espiritualidad está en auge a la par que lo está la virtualidad. Pero no sólo eso: también se habla de salud, de felicidad, de presente, de consciencia, de resiliencia, de la importancia de cuidar nuestras relaciones, nuestras emociones y a nuestros seres queridos.
Y mientras tanto, el mercado y la industria siguen centrados en la productividad económica y la competencia comercial, los gobiernos continúan con sus corruptelas, los políticos con sus discursos polémicos y segregadores, tratando de crear confusión y división en las personas y ayudándose de todos los grandes medios de divulgación de información con verdadero descaro y sin tapujos.
Y ahí en medio de todos estos procesos y tendencias estamos las personas: Sobresaturadas de reclamos de nuestra preciosa atención, confundidas con tanta teoría y metodología, más asustadas que ilusionadas a la hora de enfrentar la oleada de novedades que ya se van viendo venir y cada día avanzan a mayor velocidad.
Este panorama desconcertante hace que muchas personas se encuentren de pronto diciéndose: “No sé qué hacer con mi vida” y se abran a buscar en terapias alternativas, ritos y tradiciones ancestrales y actividades grupales las respuestas que les puedan sacar de su situación de pérdida de visión o de ausencia de una misión que aporte a su vida valor y sentido.
Personas como Alina, dotadas de conocimientos y experiencia profesional en áreas como la hipnosis, las regresiones, las constelaciones, la canalización y otras muchas, resultan hoy por hoy necesarias para cada vez más personas y muchas otras, aún reticentes a explorar nuevos caminos que no les resultan familiares, van paulatinamente rebajando su resistencia de partida al conocer testimonios reales de personas que comparten en redes lo que lograron gracias a atreverse a probar algunas de estas nuevas formas de terapia (que la mayoría son en realidad mucho más antiguas que las que podríamos denominar como tradicionales)
El caso es que no os voy a contar nada más. Para seguir sabiendo, lo mejor que podéis hacer es pulsar en el “play” y escuchar lo que Alina nos cuenta en la entrevista que acompaña a este artículo.
Espero que os guste, gazelas!
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